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viernes, 22 de julio de 2011

Los misterios de un muerto que no para de nacer

El cuerpo de Brian Jones –fundador de la banda inglesa The Rolling Stones– permanecía inmóvil, sin vida, sumergido en la pileta de su mansión ante la atenta mirada de la estatua de Christopher Robin, uno de los personajes de Alan Alexander Milne –creador de Winnie the pooh– a quien había pertenecido la casa durante la primera mitad del siglo XX. “Un día normal para Brian, un hombre que moría todos los días”, escribió el guitarrista de The Who, Pete Townshend, en un poema que le dedico a Jones post mortem. Lo único claro que dejó la madrugada del 3 de julio de 1969 fue que Brian, quien se había encargado de reclutar a Mick Jagger y Keith Richards para que tocasen en su banda, estaba muerto, ¿cómo? Aún hoy sigue siendo un misterio.




Brian Jones, guitarrista y multiinstrumentista, tuvo una vida llena de excesos y descontrol. Las chicas se desesperaban cada vez que lo veían arriba del escenario. Su pelo lacio y rubio (cuando vivía junto a Keith Richards en un departamento sin agua caliente, él era el único que se lavaba y cepillaba el pelo todos los días) y su mirada siempre perdida en el horizonte llenaban de misticismo su esbelta figura. A los 17 años ya tenía dos hijos ilegítimos y se cree que durante sus 27 años en el mundo tuvo más de cinco. Su paranoia y depresión, exacerbadas al máximo cuando su novia Anita Pallemberg lo dejó por Keith Richards, lo llevaron a recluirse en Cotchford Farm, la mansión que había comprado en Sussex, al sur de Inglaterra, a fines de 1968. Brian había sido excluido de The Rolling Stones casi un mes antes de su trágico destino. La teoría oficial sobre el caso fue abalada por una autopsia que indicó que se trató de una muerte por accidente. En su sangre se encontraron restos de anfetaminas, tranquilizantes y alcohol. Además, su hígado estaba agrandado y grasoso, y el músculo cardíaco dilatado.
Hubo quienes creyeron que se trató de un suicidio debido a su delicado estado de salud mental, pero los más allegados a Brian remarcaron que durante sus últimos días estuvo de mucho mejor humor y más optimista. Habló con varios músicos –Jimi Hendrix, Alexis Korner, John Lennon, etc.– con quienes planeaba formar una nueva banda. A lo largo de todos estos años muchas personas pusieron en duda estas teorías. Sostenían que la cantidad de alcohol encontrada en el cuerpo del músico era insuficiente para matarlo y, además, era un magnífico nadador, con lo cual imposibilitaba creer que haya muerto mientras nadaba en su pileta. 
Stephen Wolley, el director de la película Stoned –un film basado en la muerte de Jones–, contrató detectives e investigó otra posible hipótesis sobre el tema: el asesinato. En los últimos quince años la sospecha de que alguien mató a Brian cobró más relevancia debido a que en 1993, antes de que muera Frank Thorogood, un albañil que trabajaba para el guitarrista rubio, contó a un asistente de The Rolling Stones que fue él quien ahogó al músico aquella noche a fines de los ´60. Brian Jones quería hacer algunas reformas en Cotchford Farm y contrató a Frank Thorogood, un albañil inglés que había trabajado meses antes en Redlands, la casa de Keith Richards. Frank era muy amigo de Tom Keylock, el chofer y asistente de The Rolling Stones, y algunos creen que el albañil tenía la misión de espiar e informar sobre los movimientos de Brian a los Stones. La relación entre el músico y el trabajador nunca fue buena. Brian trató de acercarse a Frank, pero éste no soportaba la arrogancia de la estrella de rock. Así y todo, Brian le permitió a Thorogood que duerma en la casa y muchas noches cenaban y se emborrachaban juntos.
Frank trabajaba con un grupo de asistentes que vivía durmiendo y tomando, pasaba todos los gastos a la cuenta de Jones y trabajaba muy poco. El 29 de junio de 1969 Brian echó a los obreros y Thorogood le reclamó ocho mil libras. El músico prometió pagárselas si terminaba algunos trabajos que había dejado incompletos. 
Las versiones de lo ocurrido la noche del 2 de julio difieren entre sí. Anna Wohlin, la novia de Brian de aquel entonces, aseguró que fue una noche tranquila. Ella y Jones estaban compartiendo unos tragos al lado de la pileta junto a Frank Thorogood y Janet Lawson, una amiga de la pareja. En un momento de la noche, Frank y Brian se quedaron solos en la pileta. Anna siempre creyó que en ese instante el constructor lo ahogó en venganza por la suma de dinero que el músico le debía. Por oro lado, Nick Fitzgerald, un amigo del guitarrista, sostuvo que esa noche hubo una fiesta junto a los albañiles, sus novias y Tom Keylock. Todos estaban bastante alcoholizados cuando se tiraron a la pileta. Fitzgerald vio como varias personas mantuvieron a Brian bajo el agua. Cuando intentó intervenir, Tom Keylock –que siempre negó haber estado ahí– se interpuso e impidió que pueda salvar a su amigo. Brian fue retirado de la pileta inconsciente y cuando llegó la ambulancia ya había fallecido. Horas más tarde vieron a Tom Keylock quemando toda la ropa y las pertenencias de Jones. Anna Wohlin aseguró que Thorogood la instruyó con respecto a qué contarle a la policía y Keylock le ofreció plata a cambio de su silencio. La familia de Thorogood nunca creyó en la supuesta confesión de Frank antes de morir, y mucho menos al venir de parte de un allegado a los Stones (Tom Keylock).Ocho días después de su muerte, Brian fue enterrado en Cheltenham, su ciudad natal, en un ataúd de bronce cerrado al vacío a 3.70 metros de profundidad para evitar que sus restos sean exhumados por los fanáticos. Fue uno de los primeros de una larga lista de músicos en morir a los 27 años.
Este año se cumplió el 42º aniversario desde la muerte de Brian Jones y las versiones siguen siendo imprecisas. “El tiempo que corre es la verdad que huye”, afirmó alguna vez el criminalista francés Edmond Locard, y este caso parece no ser la excepción. Al parecer, la única solución (im)posible para conocer la verdad sería dar vida a la estatua de Christopher Robin y que nos cuente con lujo de detalles qué sucedió aquella noche veraniega de 1969. Quién sabe, en una de esas hasta la misma estatua se declara culpable.

Sergio Marchi, periodista de rock, opinó sobre el tema:

Brian Jones tuvo el espacio que merecía en The Rolling Stones hasta que lo perdió. Su mal estado general lo llevó a tener un mal funcionamiento dentro de la banda. Con toda la intoxicación que tuvo encima, Keith Richards siempre estuvo lo suficientemente bien como para tocar la guitarra, y de hecho heredó su espacio de líder. El fallecimiento del Brian fue una muerte anunciada, pero no por eso evitable. No existía entonces entre los rockeros la comprobación física del daño que causaban las drogas. Brian Jones fue la primera evidencia. Jones murió ahogado en su pileta, eso está claro. Creo que fue una mezcla de factores lo que terminó con su vida, en los que entran sus propios descuidos, su mala salud, quizás algún descuido ajeno incluso con conocimiento de que podría sobrevenir un accidente fatal. Nunca es claro porqué termina muriendo una persona en circunstancias tan tumultuosas como las que rodearon a Brian Jones.

viernes, 1 de abril de 2011

El diablo se quiso asegurar una buena banda en el infierno

La relación entre Led Zeppelin y la magia negra.



Una vez más, el misterio y lo inverosímil rodearon a una de las bandas más influyentes y místicas del rock mundial: Led Zeppelin. La banda inglesa, pionera del hard rock, tuvo una estrecha relación con el diablo, la magia negra y el ocultismo. Si bien éste no fue el primer caso en el que se relacionó a algún artista con el mismísimo Lucifer –son muchos los que creyeron que Elvis Presley firmó un contrato con el Diablo y por eso movía la cadera como la movía (muy osado para la década del ´50)-, los creyentes del mito de Zeppelin sostuvieron que esta relación provocó varios accidentes –algunos fatales– en el seno del grupo y a sus allegados.

Según la leyenda, en 1968, tres miembros de la banda (el guitarrista Jimmy Page, el vocalista Robert Plant y el baterista John Bonham) firmaron un pacto con Satanás a cambio de fama y reconocimiento. El Diablo cumplió su parte del trato. Durante los doce años de carrera de la banda –1968-1980–, Led Zeppelin grabó nueve LP y vendió millones de copias, giró por todo el mundo y se presentó ante multitudes en estadios colmados de gente. Una parte del pacto estaba cumplida, mientras que la otra la pagó en cuotas el grupo.

En 1975, el cantante Robert Plant sufrió un accidente automovilístico junto a su esposa en una isla de Grecia. El cantante resultó gravemente herido y se suspendió la gira mundial de la banda. Plant tardó casi dos años en recuperarse del todo de aquel accidente. Durante ese tiempo, la banda grabó el disco Presence.

Apenas dos años después, en 1977, murió el primer hijo varón de Robert PlantKarac, de cinco años– a causa de una extraña infección estomacal. El cantante se vio muy afectado por la muerte de su hijo y estuvo a punto de abandonar la banda. Además, existieron rumores que aseguraron que Plant acusó a Jimmy Page por el fallecimiento de su hijo debido a las prácticas de magia negra y ocultismo que practicaba el guitarrista.

En septiembre de 1980, un nuevo accidente puso fin a la carrera de Led Zeppelin. En este caso, la víctima fue el baterista John Bonham, que falleció durante una fiesta en la mansión de Jimmy Page. Luego de una dura borrachera, el baterista murió asfixiado tras haberse tragado accidentalmente su propio vómito.

Existen otros motivos por los cuales Led Zeppelin, en especial Jimmy Page, fue relacionado con la magia negra y el ocultísmo.

El guitarrista fue considerado el segundo mayor coleccionista de artículos de Aleister Crowley, un famoso mago negro del siglo XX, considerado el más perverso del mundo. Page tuvo una librería dedicada al ocultismo en Londres que se llamó "The Equinox Booksellers and Publishers”, donde publicó el libro The Goetia, de Aleister Crowley, en su edición de 1904. Además, el músico compró, en 1970, Boleskine House –la casa donde vivió el mago hasta principios de la década del ´10–, en Escocia, a orillas del conocido Lago Ness. La vivienda fue construida sobre las cenizas de una iglesia que se quemó con el párroco dentro y en la parte trasera de la mansión existió un cementerio privado. Crowley realizó innumerables misas negras y todo tipo de conjuros en la residencia, incluso creyeron que se realizaron sacrificios humanos. Según un documental del programa español Cuarto Milenio, la casa estaba rodeada por un sector de naturaleza muerta en un bosque que de noche es uno de los más oscuros. Aún hoy, la vivienda conserva el misticismo de antaño. El guitarrista decidió vender la vivienda en 1990 y nunca quiso hablar de lo sucedido durante aquella época. Por estos días, la mansión está en manos de un dueño privado que no permite visitas. De todos modos, la residencia se puede ver desde la calle y en el fondo se distinguen varias tumbas excavadas.

Jimmy Page permitió, entre otras cosas, que rodaran algunas escenas de la película Lucifer Rising, un film que realizó el director Kenneth Anger – otro admirador de Aleister Crowley– en su casa de Londres, The Tower House. Además, el músico fue invitado a participar de la banda de sonido de la película, pero debido a los problemas que Page tenía con las drogas, sólo logró escribir 23 minutos de música en tres años y al director le pareció insuficiente.


Los fanáticos de la leyenda aseguraron que Led Zeppelin dejó varias claves sobre el ocultismo y su relación con la magia negra en su obra. El cuarto disco de la banda, comúnmente conocido como Led Zeppelin IV, fue el más exitoso de su carrera; y a su vez fue el que encerró más misterio. La portada del LP no tenía nada escrito –ni el nombre de la banda ni el título del disco– pero en un costado aparecían cuatro símbolos que representaban a cada uno de sus integrantes. Una vez más, Page estuvo relacionado con el Diablo. Según el programa Cuarto Milenio, el símbolo –Zoso– que representaba al guitarrista fue una firma manuscrita del diablo Asmodeo en uno de sus pactos del siglo XVII. Por otro lado, siempre fue bastante común acusar a los artistas, desde bandas como The Beatles hasta la cantante brasilera Xuxa, de dejar mensajes satánicos si se reproducían las canciones al revés, y Zeppelin no fue la excepción. “Here's to my sweet satan”, –Aquí está mi dulce Satanás– fue lo que muchos aseguraron escuchar en la canción Stairway to Heaven, del disco Led Zeppelin IV.

En 2007, a más de 27 años de la disolución del grupo, Jimmy Page, Robert Plant, el bajista John Paul Jones y el hijo de John Bonham en la batería, se presentaron en el O2 Arena de Londres ante veinte mil personas. ¿Habrán hecho una renovación del contrato para poder tocar durante dos horas con más de sesenta años?
TXT: Guido Martínez
***artículo publicado en la revista virtual Santuariock***

lunes, 28 de marzo de 2011

La arquitectura del Hit

¿Qué es un hit? ¿Cómo componer un hit? ¿Por qué un hit se transforma en un conocimiento popular? No sabemos. Pero intentaremos averiguarlo

Existen infinidad de canciones que quedaron registradas en el inconsciente colectivo de la gente. ¡Es más! En algún momento de sus vidas, la mayoría de las personas tararearon alguna melodía que ni siquiera les gustaba pero no se la podían sacar de la cabeza. ¿Qué convierte a las canciones en éxitos radiales? “Ojalá saberlo”, fue la respuesta en común de los productores y músicos que opinaron sobre la arquitectura del hit. ¿Existe alguna estructura o patrón que los artistas deben seguir para lograr componer canciones comerciales? Encontrar una respuesta concreta para una actividad tan abstracta como es la música es tan difícil como conseguir la clave del éxito.

Hay quienes aseguran que para que un tema sea radial debe ser sencillo, corto y que respete alguna estructura básica de canción (2 estrofas – estribillo – estrofa - puente - repetir el estribillo hasta el final). Sin embargo, una estructura así puede ayudar a una canción, pero existen millones que respetan este formato y ni siquiera las pudo escuchar la madre del compositor. “Yo creo que muchas veces las canciones funcionan por cosas distintas. No siempre es la misma clave la que hace que un tema funcione, muchas veces ni siquiera es el estribillo ni la melodía, sino que puede ser un condimento, un arreglo secundario”, sostuvo Juan Absatz, músico y productor de Javier Calamaro y Los Auténticos Decadentes, entre otros. Por otro lado, Fernando López Rossi, músico y compositor de temas para artistas como Natalia Oreiro, Mambrú y Casi Ángeles, aseguró que él puede reconocer cuál de sus temas va a ser un éxito comercial y cuál no, debido a que lleva años trabajando en el medio y conoce bien los requisitos del mercado. “Yo escribo para un público adolescente, mis canciones necesitan una lírica juvenil, 2 estrofas y un estribillo que levante, algo recordable, que no dé muchas vueltas”.

Pero no sólo la estructura ni el tiempo que dura una canción es lo único que importa, lo que atrapa muchas veces al público es la letra. “El amor es el tema clave de las canciones. Es un tema universal, por eso pega más. Generalmente, la gente se siente mucho más identificada cuando el artista cuenta una historia de amor”, dijo López Rossi. Además, el país, las costumbres, la situación política y social de la región y la utilización del lunfardo, entre otras cosas, muchas veces ayuda a que la canción conecte más con el público. Color Esperanza, de Diego Torres, no hubiese funcionado como funcionó si el país no hubiese estado atravesando la crisis de 2001. Por otro lado, Absatz agregó que no sólo lo que dice la letra es importante, sino también que los interpretes, y fundamentalmente los cantantes, deben transmitir algo cuando cantan, que no lo digan sólo con palabras sino más bien con intenciones.

Hay algo que sí está claro. Uno de los pilares más importantes que debe tener una canción para que se convierta en un éxito comercial es la difusión. Hay temas que suenan una vez y ya está, mientras que otros necesitan de una escuchada más profunda para que el tema llegue a la gente. “Los gustos, en realidad, son inducidos por consecuencia de la repetición. Muchas veces, la canción que se convierte en un hit no es la más linda del disco”, aseguró López Rossi, y agregó: “Las opciones para elegir música no existen en realidad. La gente consume las canciones que unos pocos tipos en todo el mundo deciden que se vayan a grabar. Hay infinidad de artistas que no llegan ni siquiera a un estudio de grabación”. Por otro lado, Absatz sostuvo esa teoría también: “La repetición es una de las claves de cómo funciona la percepción con respecto a todo, no sólo a la música. Es decir, cuando sentís un olor que sentías cuando eras chico, te lleva a un lugar emotivamente muy fuerte. Eso es la repetición”.



The Architech. Uno de los mayores arquitectos de hits de toda la historia es Desmond Child. Para aquellos desorientados, este hombre con nombre de pop band femenina de los años noventa es, nada más ni nada menos, el compositor de algunos de los temas más escuchados y reproducidos en los últimos ¿20?, ¿30? años. Es el culpable de, entre otros, el más grande éxito del histórico grupo neoyorquino Kiss: “I Was meant for loving you baby”, que fue compuesto en 1979 por Child en conjunto con el guitarrista Paul Stanley. También, 20 años después, escribió los, hasta ahora, por lejos temas más exitosos del portorriqueño Ricky Martin: la canción que daría ritmo al Mundial de Francia 1998 “The Cup of life” (“La Copa de la Vida”) y “Livin’ la vida loca”, una de las canciones más repetidas en radios, boliches y fiestas en la última década. No sólo eso: en el medio pasaron por su lápiz y partitura otros –sin ser exagerados- archiultramega exitosos y multimillonarios hits. Cuando Kiss lanzó el disco “Dynasty” que contenía la co-composición de Child, Stanley le propuso a Jon Bon Jovi y a su guitarrista Richie Sambora que lo llamen a este joven gurú para que los ayudara con su próximo disco. Resultado: en 1986, desde el sótano de Sambora, emergieron “You Give Love a Bad Name” y “Livin’ on a Prayer”. El disco “Slippery When Wet”, que contiene estos dos hits, vendió más de 28 millones de copias en todo el mundo y otras 12 millones en Estados Unidos. En 1987, para, finalmente, poder regresar a las grandes ligas, Aerosmith decide contratarlo y Child les construye “Dude looks like a lady” y “Angel”, que son publicadas en el LP “Permanent Vacation”. Dos años después, compone “What it takes” para su disco “Pump” y, en 1993, “Crazy”, tema muy popularizado en los charts de MTV por su video clip altamente sensual –y con instintos lésbicos- en donde actúan Liv Tyler, hija del cantante de la banda, y Alicia Silverstone. Llamativamente, en ninguno de estos discos en donde expuso sus composiciones, Child se desempeña como instrumentista. Ni en sus propias obras de arte. Su habilidad natural y exitosa de crear lo ubica detrás de bambalinas cual director técnico de fútbol.

Otros tipos de arquitectos de hits son aquellos que toman la obra parcialmente terminada y, por medio de su mágico pincel musical, hacen de la misma un éxito rotundo. No son compositores –al menos en este caso no se desempeñan como tales- sino más bien son productores. Gustavo Santaolalla comenzó a incursionar en la música con su banda Arco Iris en los años sesenta, en donde salió del anonimato con uno de los temas más famosos del rock nacional hasta el día de la fecha: “Mañanas Campestres”. No obstante, su éxito comenzó cuando incursionó en la producción con su empresa discográfica “Surco”. Produjo, entre otros exitosos artistas latinoamericanos, a Café Tacuba, Julieta Venegas, Árbol, La Vela Puerca, Bersuit Vergarabat y Divididos. Tal fue la fama y el éxito que logró produciendo estas bandas que Walter Salles, director brasileño de “Diario de Motocicleta”, lo contrató para componer el tema principal de esa película y, con la participación de Jorge Drexler, ganaron el Oscar por la mejor banda sonora –que repetiría con la película “Babel”, del mejicano Alejandro González Iñarritu.

En términos generales, los verdaderos compositores de las canciones son prácticamente invisibles. Los que se apropian de los flashes, de los shows multitudinarios en majestuosos estadios, los que salen de gira y recorren el mundo, son los instrumentistas, “la banda” propiamente dicha. Detrás de ellos, se encuentran los productores y compositores de hits que, durante el proceso de grabación de un disco, “asesoran” a los músicos pero que se mantienen invisibles una vez que el disco ya fue publicado.

TXT: Guido Martínez & Lautaro Shachmann
***artículo publicado en www.santuariock.com.ar***

martes, 8 de febrero de 2011

Club Antisocial y Destructivo de los 27

La unión de varios músicos que compartieron un mismo destino; Cuándo se formó, quiénes lo integran y cómo asociarse.

Era de noche, una leve llovizna había caído durante todo el día en la ciudad norteamericana de Seattle. Un joven rubio de ojos celestes y con barba de tres días se encontraba en el baño de algún bar; fumaba indiferente un cigarrillo mientras su mirada brillante se perdía entre las manchas y los graffitis de los azulejos. De pronto, una de las puertas de los baños privados se abrió y el chico pasó. El lugar era bastante incómodo, apenas cabían dos personas. Detrás de una mesa improvisada donde descansaban una botella de whisky y varios papeles se encontraba un señor sentado con un sombrero que impedía distinguir los rasgos de su cara.

–Buenos días, vengo a hacerme socio del club.¿Cuáles son los requisitos?– preguntó el rubio.

–Buenas, los requisitos son muy simples: Ser músico y tener una muerte trágica durante tu vigésimo séptimo año de vida.

–Macanudo. Decime, ¿aceptan suicidios?

–Sí, sí, aceptamos. Tomá, acá te dejo un folletito con la historia del club para que lo leas.

El muchacho agarró el papel y salió sin decir nada. Caminó algunas cuadras hasta llegar a su casa, se sentó en la cama y abrió el folleto:

El Club Antisocial y Destructivo de los 27 se fundó en agosto de 1938 con la muerte de uno de sus miembros más ilustres en el ambiente del blues: Robert Johnson –también conocido como El abuelo del Rock & Roll–. Johnson fue un blusero norteamericano que dejó un legado de tan sólo 29 canciones grabadas, suma más que suficiente para influenciar a músicos como Bob Dylan, Jimi Hendrix, Jimmy Page, Eric Clapton y The Rolling Stones, entre otros. Pero Johnson no había nacido con el don para tocar la guitarra, por contrario, en Robinsonville, el pueblito donde vivía, era considerado un bluesman novato. Un día, Johnson abandonó su casa y se fue a recorrer los caminos con su vieja Gibson acústica. Cuando regresó a Robinsonville, dos años después, se había convertido en un magnífico músico. Robert Johnson murió a los 27 años. Algunas versiones sostienen que falleció de neumonía o de sífilis, pero la mayoría concuerda en que murió envenenado con whisky por un marido celoso que aseguraba que el blusero se había acostado con su mujer.

Muchos creen que su temprana muerte y la destreza que adquirió para tocar su guitarra en menos de dos años se deben a que vendió su alma al diablo en el cruce de los caminos 61 y 49, en Mississippi, a principios de los años ´30.



En mayo de 1969, el jamaiquino Don Drummond –trombonista–, ícono de la música Ska y miembro fundador de The Skatalites, recibió el carnet y la membresía del club al suicidarse luego de pasar dos años recluido en una clínica para enfermos mentales por haber asesinado a su novia. Drummond, a diferencia del blusero norteamericano, grabó más de 300 canciones en a penas 27 años de vida.



Por otro lado, a principios de julio de ese año, el guitarrista de The Rolling Stones, Brian Jones, apareció muerto en la pileta de su mansión en circunstancias que aún hoy resultan poco claras. Jones, que había sido apartado de los Stones hacía menos de un mes, optó por juntarse a zapar con su antiguo ídolo de la guitarra, Robert Johnson.



Si bien todo estaba encaminado –además del blusero, el jamaiquino y el stone, se habían asociado varios músicos más que no fueron conocidos mundialmente pero que cumplieron al pie de la letra con el fatídico requisito de morir con 27 años–, el club se terminó de consolidar con el ingreso de tres miembros fundamentales durante los comienzos de la década del ´70.

En septiembre de 1970, James Marshall, más conocido como Jimi Hendrix, cambió su guitarra por el arpa al tragar su propio vómito luego de una fiesta en la que ingirió nueve pastillas para dormir y mucho alcohol, en Londres, Inglaterra. Hendrix fue uno de los mejores guitarristas, pionero en el uso del wah-wah y fuzz (pedales de efecto para la guitarra), dejó un surco imborrable en la historia de la música con menos de ocho años de carrera y a penas tres discos de estudio editados junto a la The Jimi Hendrix Experience.



Días después de la incorporación de Hendrix, los miembros más representativos de la organización se reunieron y resolvieron que necesitaban un socio mujer, el club se estaba tornando aburrido sin una presencia femenina y optaron por llamar a la primer mujer en ser reconocida como una estrella de rock: Janis Joplin.

Joplin nació en Texas, el 19 de enero de 1943. “Siempre fui un bicho raro, yo leía, pintaba y no odiaba a los negros”, declaró alguna vez la cantante sobre sus días de escuela. A los 16 años ya era habitué de los bares de Louisiana, donde comenzó su relación con el alcohol y la música. En el ´63 se mudó a San Francisco, allí creció su popularidad como artista y también empezó a consumir drogas. En 1970, luego de la separación de su última banda, Kozmic Blues Band, Joplin viajó a Río de Janeiro para intentar limpiarse de la heroína que se había tornado incontrolable. El 4 de octubre de ese año, luego de una sesión de grabación para su disco "Pearl", la cantante salió de copas para festejar. Su cuerpo fue encontrado 18 horas después de su muerte. Según un médico forense, Janis Joplin falleció por una sobredosis de heroína a los 27 años.


El miembro más polémico que se asoció al club fue Jim Morrison –cantante de The Doors–, mundialmente conocido como El Rey Lagarto. Morrison nació en 1943, fue un poeta introvertido que cuando comenzó su carrera como vocalista cantaba de espaldas al público por el miedo escénico que padecía. En 1971, El Rey Lagarto decidió abandonar The Doors cuando el grupo estaba atravesando su momento de mayor popularidad y se recluyó en Paris, Francia. El 3 de julio de ese año, Morrison fue encontrado sin vida. Las versiones sobre su muerte varían, algunos creen que murió por un ataque cardíaco en el baño de su casa mientras que otros afirman que falleció de una sobredosis en un bar. El cuerpo de Jim Morrison fue visto solamente por su novia, Pamela Courson, y un médico. Existen datos que ponen en duda la adhesión del cantante al club, algunos aseguraron que todo esto fue un montaje y lo vieron en algún antro de Los Angeles después de su muerte.



El rubio cerró el folleto y lo dejó a un costado, se prendió un cigarrillo y se puso a pensar en todo lo que había hecho. Sin duda, una de las cosas más importantes fue formar su banda a fines de los `80, la banda que le cambió la vida. El éxito que logró alcanzar el grupo con su segundo y tercer disco de estudio ya no lo emocionaba.

El muchacho se incorporó, agarró un lápiz, una hoja y se sentó a escribir. Al terminar la nota fue en busca de su escopeta y la cargó.

Tres días después, el 8 de abril de 1994, un empleado que iba a instalar un sistema de seguridad descubrió que Kurt Cobain, líder de Nirvana, había decidido juntarse con sus antiguos colegas. De esta manera se convirtió en la última gran estrella de rock en sumarse al Club Antisocial y Destructivo de los 27.



***Nota publicada en la revista virtual www.santuariock.com.ar***


lunes, 17 de enero de 2011

Paul McCartney: Il morto qui canta

Live and Let Die –vive y deja morir– pedía Paul McCartney junto a los Wings en los años 70´s. Precisamente morir fue lo que no lo dejaron hacer sus compañeros de banda, The Beatles, según el rumor que comenzó a circular a fines de la década del `60.
En octubre de 1969, un oyente anónimo llamó a la emisora radial WKNR-FM, en Michigan, y le contó al DJ Russ Gibb que Paul estaba muerto. Le sugirió al DJ que reprodujese Revolution 9 al revés y Gibb creyó escuchar “Turn me on, dead man” (revíveme, hombre muerto).
Muchas personas aseguran que Paul McCartney murió hace más de cuarenta años. La versión que tomó más fuerza sobre el fallecimiento del bajista cuenta que murió en un accidente automovilístico el 9 de noviembre de 1966, a las 5 de la mañana, luego de una sesión de grabación para el disco Sgt´s Peppers lonley Hearts Club Band –editado en junio de 1967–. Paul manejó su auto a alta velocidad, se pasó un semáforo en rojo y chocó contra una columna de iluminación o un camión (este es uno de los datos que nunca pudieron precisar). Según los fieles seguidores de esta historia, el accidente de Paul consta en los registros de la policía como que murieron dos personas, una de ellas decapitada y con su cara imposible de reconocer.  
John Lennon, George Harrison y Ringo Star, presionados por la discográfica y los productores, quienes les aseguraban que el grupo estaba en pleno ascenso y la noticia de la muerte de Paul haría desaparecer la banda, aceptaron la propuesta de hacer un concurso para encontrar al doble de McCartney. Si bien este evento no tuvo un ganador oficial, William Shears Campbell, un policía canadiense, tuvo un premio aún mayor: Reemplazar a Paul MacCartney luego de su supuesta muerte.  
Según los creyentes de esta historia, el grupo dejó varias claves en las portadas de sus álbumes y en sus canciones. Dos estudiantes de la Universidad de Michigan publicaron un informe con una revisión detallada de la tapa de Abbey Road donde encontraron algunas supuestas pistas sobre la muerte de Paul. Los cuatro integrantes cruzando la calle figuraban un entierro. En primer lugar, John vestido de blanco asume el rol de sacerdote; Ringo, vestido de negro interpreta el luto en un velorio; último de todos, George, vestido con ropa de trabajo pretende ser el enterrador y Paul, descalzo, como suelen estar los cadáveres cuando son velados. Además remarcaron que la patente del auto que está detrás de ellos dice LMW, Linda McCartney Weeps (Linda MacCartney llora), y debajo IF28, 28 años hubiese tenido Paul si hubiese estado vivo cuando salió Abbey Road, en 1969.


Las pistas y los presagios alrededor de este mito siguieron apareciendo. Algunas creíbles y otras un tanto tiradas de los pelos. Tal es así que muchos relacionan algunos versos de canciones del cuarteto de Liverpool con el accidente. Un ejemplo de esto es la frase “He didn't notice that the lights had changed”, (El no se percató de que luces habían cambiado) del tema A Day in the Life. Otra que se nombró en torno al mito fue la frase de la canción Lady Madonna, “Wednesday morning papers didn't come” (Los periódicos del miércoles por la mañana no han venido) haciendo una supuesta alusión a que los diarios del día siguiente no aparecieron porque la noticia fue ocultada.  Incluso los mismos Beatles hicieron chistes y referencias sobre el tema. Una vez que se separó la banda, Lennon compuso la canción How do You Sleep?, editada en el álbum Imagine en 1971, que decía "Those freaks was right when they said you were dead" (Esos payasos tenían razón cuando dijeron que habías muerto) y varios años más tarde, el ex bajista beatle editó el álbum Paul is Live! con una portada similar al disco Abbey Road pero esta vez la patente del auto que estaba detrás decía 51IS, la edad que tenía McCartney cuando salió a la venta el disco, en 1993.
Otra pista: colocando un espejo en la mitad de la portada de Sgt Pepper puede leerse "I ONEI X HE  DIE"
Hoy, más de cuatro décadas después de que el mito comenzó a circular, Paul se encuentra oficialmente vivo. Las pistas, las claves, los libros editados y las fábulas que se formaron alrededor de esta historia sirven para alimentar a aquellos que tengan ganas de dejar volar su imaginación y creer en la fantasía de los grandes mitos del rock.
*** Nota publicada en la revista virtual SANTUARIOCK www.santuariock.com.ar***