viernes, 22 de julio de 2011

Los misterios de un muerto que no para de nacer

El cuerpo de Brian Jones –fundador de la banda inglesa The Rolling Stones– permanecía inmóvil, sin vida, sumergido en la pileta de su mansión ante la atenta mirada de la estatua de Christopher Robin, uno de los personajes de Alan Alexander Milne –creador de Winnie the pooh– a quien había pertenecido la casa durante la primera mitad del siglo XX. “Un día normal para Brian, un hombre que moría todos los días”, escribió el guitarrista de The Who, Pete Townshend, en un poema que le dedico a Jones post mortem. Lo único claro que dejó la madrugada del 3 de julio de 1969 fue que Brian, quien se había encargado de reclutar a Mick Jagger y Keith Richards para que tocasen en su banda, estaba muerto, ¿cómo? Aún hoy sigue siendo un misterio.




Brian Jones, guitarrista y multiinstrumentista, tuvo una vida llena de excesos y descontrol. Las chicas se desesperaban cada vez que lo veían arriba del escenario. Su pelo lacio y rubio (cuando vivía junto a Keith Richards en un departamento sin agua caliente, él era el único que se lavaba y cepillaba el pelo todos los días) y su mirada siempre perdida en el horizonte llenaban de misticismo su esbelta figura. A los 17 años ya tenía dos hijos ilegítimos y se cree que durante sus 27 años en el mundo tuvo más de cinco. Su paranoia y depresión, exacerbadas al máximo cuando su novia Anita Pallemberg lo dejó por Keith Richards, lo llevaron a recluirse en Cotchford Farm, la mansión que había comprado en Sussex, al sur de Inglaterra, a fines de 1968. Brian había sido excluido de The Rolling Stones casi un mes antes de su trágico destino. La teoría oficial sobre el caso fue abalada por una autopsia que indicó que se trató de una muerte por accidente. En su sangre se encontraron restos de anfetaminas, tranquilizantes y alcohol. Además, su hígado estaba agrandado y grasoso, y el músculo cardíaco dilatado.
Hubo quienes creyeron que se trató de un suicidio debido a su delicado estado de salud mental, pero los más allegados a Brian remarcaron que durante sus últimos días estuvo de mucho mejor humor y más optimista. Habló con varios músicos –Jimi Hendrix, Alexis Korner, John Lennon, etc.– con quienes planeaba formar una nueva banda. A lo largo de todos estos años muchas personas pusieron en duda estas teorías. Sostenían que la cantidad de alcohol encontrada en el cuerpo del músico era insuficiente para matarlo y, además, era un magnífico nadador, con lo cual imposibilitaba creer que haya muerto mientras nadaba en su pileta. 
Stephen Wolley, el director de la película Stoned –un film basado en la muerte de Jones–, contrató detectives e investigó otra posible hipótesis sobre el tema: el asesinato. En los últimos quince años la sospecha de que alguien mató a Brian cobró más relevancia debido a que en 1993, antes de que muera Frank Thorogood, un albañil que trabajaba para el guitarrista rubio, contó a un asistente de The Rolling Stones que fue él quien ahogó al músico aquella noche a fines de los ´60. Brian Jones quería hacer algunas reformas en Cotchford Farm y contrató a Frank Thorogood, un albañil inglés que había trabajado meses antes en Redlands, la casa de Keith Richards. Frank era muy amigo de Tom Keylock, el chofer y asistente de The Rolling Stones, y algunos creen que el albañil tenía la misión de espiar e informar sobre los movimientos de Brian a los Stones. La relación entre el músico y el trabajador nunca fue buena. Brian trató de acercarse a Frank, pero éste no soportaba la arrogancia de la estrella de rock. Así y todo, Brian le permitió a Thorogood que duerma en la casa y muchas noches cenaban y se emborrachaban juntos.
Frank trabajaba con un grupo de asistentes que vivía durmiendo y tomando, pasaba todos los gastos a la cuenta de Jones y trabajaba muy poco. El 29 de junio de 1969 Brian echó a los obreros y Thorogood le reclamó ocho mil libras. El músico prometió pagárselas si terminaba algunos trabajos que había dejado incompletos. 
Las versiones de lo ocurrido la noche del 2 de julio difieren entre sí. Anna Wohlin, la novia de Brian de aquel entonces, aseguró que fue una noche tranquila. Ella y Jones estaban compartiendo unos tragos al lado de la pileta junto a Frank Thorogood y Janet Lawson, una amiga de la pareja. En un momento de la noche, Frank y Brian se quedaron solos en la pileta. Anna siempre creyó que en ese instante el constructor lo ahogó en venganza por la suma de dinero que el músico le debía. Por oro lado, Nick Fitzgerald, un amigo del guitarrista, sostuvo que esa noche hubo una fiesta junto a los albañiles, sus novias y Tom Keylock. Todos estaban bastante alcoholizados cuando se tiraron a la pileta. Fitzgerald vio como varias personas mantuvieron a Brian bajo el agua. Cuando intentó intervenir, Tom Keylock –que siempre negó haber estado ahí– se interpuso e impidió que pueda salvar a su amigo. Brian fue retirado de la pileta inconsciente y cuando llegó la ambulancia ya había fallecido. Horas más tarde vieron a Tom Keylock quemando toda la ropa y las pertenencias de Jones. Anna Wohlin aseguró que Thorogood la instruyó con respecto a qué contarle a la policía y Keylock le ofreció plata a cambio de su silencio. La familia de Thorogood nunca creyó en la supuesta confesión de Frank antes de morir, y mucho menos al venir de parte de un allegado a los Stones (Tom Keylock).Ocho días después de su muerte, Brian fue enterrado en Cheltenham, su ciudad natal, en un ataúd de bronce cerrado al vacío a 3.70 metros de profundidad para evitar que sus restos sean exhumados por los fanáticos. Fue uno de los primeros de una larga lista de músicos en morir a los 27 años.
Este año se cumplió el 42º aniversario desde la muerte de Brian Jones y las versiones siguen siendo imprecisas. “El tiempo que corre es la verdad que huye”, afirmó alguna vez el criminalista francés Edmond Locard, y este caso parece no ser la excepción. Al parecer, la única solución (im)posible para conocer la verdad sería dar vida a la estatua de Christopher Robin y que nos cuente con lujo de detalles qué sucedió aquella noche veraniega de 1969. Quién sabe, en una de esas hasta la misma estatua se declara culpable.

Sergio Marchi, periodista de rock, opinó sobre el tema:

Brian Jones tuvo el espacio que merecía en The Rolling Stones hasta que lo perdió. Su mal estado general lo llevó a tener un mal funcionamiento dentro de la banda. Con toda la intoxicación que tuvo encima, Keith Richards siempre estuvo lo suficientemente bien como para tocar la guitarra, y de hecho heredó su espacio de líder. El fallecimiento del Brian fue una muerte anunciada, pero no por eso evitable. No existía entonces entre los rockeros la comprobación física del daño que causaban las drogas. Brian Jones fue la primera evidencia. Jones murió ahogado en su pileta, eso está claro. Creo que fue una mezcla de factores lo que terminó con su vida, en los que entran sus propios descuidos, su mala salud, quizás algún descuido ajeno incluso con conocimiento de que podría sobrevenir un accidente fatal. Nunca es claro porqué termina muriendo una persona en circunstancias tan tumultuosas como las que rodearon a Brian Jones.

lunes, 9 de mayo de 2011

Juanchi Baleirón: Bodas de plata

En diciembre cumplen 25 años. Hace unos meses editaron el disco más ambicioso de su carrera. Y precisamente acá, Juanchi, cantante y guitarrista de Pericos, hace un repaso de las dos cosas.


Sí, todavía hay bandas que no ensayan en Palermo y Pericos es una de ellas. En un PH de Núñez, que pertenecía a los padres de Topo (baterista de la banda), funciona la sala-estudio de uno de los pioneros del reggae nacional. Un pasillo largo conecta la puerta de calle con lo que vendría a ser un hall donde hay algún que otro sillón, una barra y, colgados en las paredes empapeladas con partituras musicales, varios discos de oro que supo cosechar la banda durante su carrera. Una vez adentro de la sala, Juanchi Baleirón, de jeans y remera de AC/DC, se acomoda en una de las banquetas.

A partir de diciembre pasado, Los Pericos comenzaron a transitar su vigésimo quinto año de carrera, y, fue casi una casualidad que empiecen a festejarlo con “Pericos & Friends” ya que comenzaron a prepararlo hace más de dos años y no esperaban que se extendiera tanto. “El plan, en un principio, no fue que durase así. Aparecieron nuevos invitados y todo fue tomando forma. El que se haya extendido en el tiempo fue una consecuencia de lo grande del proyecto. Además, mientras lo hacíamos también estábamos en otras cosas, no es que paramos para hacer el disco”, aclara el cantante , y resalta que lo empezaron en el momento ideal en todo sentido: “para la carrera de Pericos y para que el disco pueda tener la maduración necesaria. Nosotros queríamos que esté cuando tenga que estar”.

¿Sentiste alguna presión extra por cantar al lado de los íconos del género?

Fue un desafío. No solamente el poner mi voz al lado de grandes, sino también sobre canciones ya conocidas pero en otro formato. Para nosotros era muy importante que quede plasmado en el disco que los temas tuvieron una vuelta, que se volvieron a producir. Por la evolución de músicos, de la banda, individual y grupal. Y porque todos merecemos una revisión de las canciones.

¿Les daban alguna instrucción particular a los artistas cuando les mandaban el material?

Les decíamos: “Esta es la canción. Cantala cómo quieras, tocala cómo quieras y hacé lo que quieras”. Entonces había solistas que cantaron nada más o bandas que grabaron muchos instrumentos y después tuvimos un laburo de empatar todo acá. Que sonase homogéneo y democráticamente artístico. Todos estaban en sintonía, no hubo nadie que nos haya hecho ninguna devolución o alguna observación como: “Quiero escuchar cómo quedó”. Todo el mundo tiró muy buena onda, mandó lo que necesitábamos y más. Así que todos contentos, fue una experiencia muy linda.

Como productor, ¿qué te llamó la atención del modo de trabajar de los músicos que participaron?

Uno confirma muchas cosas que ya trae. Los grandes artistas son sencillos y hacen las cosas simples. Si hay algo que tienen es: conocimiento y experiencia, entonces te das cuenta que transmiten mucho más cuando simplifican las cosas, sin tanto enrosque ni tanta vuelta.

El guitarrista se muestra contento y distendido. Habla orgulloso de la nueva producción que, a diferencia de los dos antecesores –“7 (2005) y “Pura Vida” (2008)-, alcanzó un nuevo disco de oro. Pero eso no le quita los pies de la tierra: “Son temas muy clásicos y conocidos, obvio. Yo creo que la gente que compró este álbum es fan de Pericos hace mucho tiempo, conoce las canciones y valoran el objeto disco”.

Como ha dicho en otras entrevistas, a Juanchi le gusta repetir que Pericos es como la lengua. Una estructura flexible y maleable que perdura hasta la muerte, no duros como los dientes que a la larga se caen. Y será por eso que durante estos veinticinco años aprendió a pilotear el éxito y a no enceguecerse cuando estuvo arriba o abajo. “Hemos tenido momentos muy difíciles, nuestro primer disco vendió 180mil copias y le tomamos el gustito a tocar por todos lados, viajar y conocer gente. Y en el 89-90 era como que estábamos recibiendo todo lo contrario a lo que habíamos recibido al principio. Tuvimos un año de moda y exposición y después no nos querían ni ver. De todos modos siempre hubo alguien que nos banque. Éramos más pendejos, vivíamos con nuestros padres  y teníamos menos responsabilidades”.

Pericos es una banda que gira mucho ¿Cómo manejan eso ahora que son más grandes y tienen familias?

Hace muchos años que estamos en carrera y las familias que formamos fueron a partir de saber cómo somos. Si alguien se casa es porque sabe que la vida va a ser así. De todos modos, quizás ahora no giramos tanto como antes. Hacemos viajes más cortos, de un mes o un poco más. Igualmente las comunicaciones ayudan mucho, Skype hace felicidades. Pero siempre es un tema dejar a la familia acá y andar viajando. Así que cuando es cómodo y corto a veces podemos llevarlos con nosotros.

Y ya que tocamos el tema vale aclarar que en marzo Pericos va a tocar en México y Estados Unidos; en abril, en el Vive Latino y en junio viaja a España e Inglaterra. “El disco no sólo se editó en Latinoamérica, sino que, gracias a los invitados internacionales que tiene, también saldrá en Europa”, concluye Juanchi.

Guido Martínez
                    ***Entrevista publicada en www.elacople.com ***

martes, 19 de abril de 2011

Con filosofía de libertad

Jauría está de estreno: tiene video clip nuevo y este sábado debuta en Capital Federal. Ciro Pertusi y Mauro Ambesi se sentaron a dialogar con El Acople sobre lo que muchos llaman el súper grupo.



En una sala del sexto piso de Sony Music, Ciro Pertusi y Mauro Ambesi de Jauría atienden los compromisos que tienen pautados con la prensa para promocionar su primer video clip, “Indios Kilme”, y su primera presentación en Capital Federal. Mientras El Acople espera su turno, afuera una de las empleadas del sello está arreglando para sacar dieciocho pasajes aéreos para la próxima presentación de Cordera en algún lugar del país, o del planeta. Quién sabe.

Una vez adentro, el cantante y el bajista de la flamante banda (que completan Ray Fajardo y Pichu Serniotti) se relajan y distienden un poco entre nota y nota. A Ciro le llama la atención una cámara que hay en una biblioteca que dice -Sólo un momento Kodak-. “¡Mirá qué bueno! Es la promoción del corte de Vicentico -Sólo un momento-”, resalta el ex-Attaque 77, e inmediatamente la deja y agarra un CD de Jauría en una cajita slim, como los discos piratas, y como un chico que encontró un juguete que no ve hace mucho tiempo, agrega: “Este es el demo que le trajimos a la compañía, tenía trece canciones, todavía faltaba `Tosco´ y alguna más”.

Los músicos se acomodan en un sillón delante de un ploteo con la publicidad de la banda. En el medio del cuarto hay una cámara para registrar entrevista y el camarógrafo da el visto bueno para que comience el diálogo.

¿Cómo estuvo el rodaje de “Indios Kilme” en Tucumán?
Ciro Pertusi: Estuvo increíble, muy bueno. Fueron cuatro días en total y tuvo varias facetas. Una de las partes más lindas fue trabajar con animales. Llegamos y estaban los entrenadores armando las escenas con los perros, que fue toda una cuestión de juego, y dijimos: “Dame uno, quiero hacerlo yo”. Entonces cada uno había agarrado al suyo, que son fortísimos, y había que arengarlos. Los entrenadores se ubicaban en un punto estratégico como para que ellos hagan un recorrido siguiendo su voz por entre medio de los pasadizos de la fortaleza Kilme, de la ciudad sagrada. Vos tenías que aguantarlos hasta que decían “Acción” y los otros iban gritando los nombres de los perros hasta que los teníamos que largar. ¿Sabés la fuerza que tenías que hacer para aguantarlos? Después fueron dos días de filmación de escenas nuestras con los saltos y las corridas por el lugar, y por último estuvo la jornada en que participó la comunidad Kilme, que estuvo muy copado y muy interesante el acercamiento a ellos. Hubo que explicarles que estábamos ahí por una causa justa y no por la foto y nada más. En un momento estaba el lugar vacío y Francisco Chaile, el cacique, se fue, dio una vuelta y ni diez minutos después aparecieron todos los micros con la comunidad.

Muchas de tus canciones tienen un tinte social. ¿Cómo elegís las historias que vas a contar?

CP:
Para mí es una cuestión instintiva. Es una especie de deuda que yo tengo con la almohada, es lo que a mí me hace descansar. Creo que llega la noche y quiero dormir y lo tengo al Gringo Tosco ahí dando vueltas en la cabeza, en la marcha constantemente adelante y me está pidiendo algo, como lo de Favaloro. Voy por olfato, hay como una cosa del más allá que me está tirando algo para hacer. Es lo mismo que ahora, que sentimos inminente esto de ligarnos a los Kilme, a los pueblos originarios, pero no por la banderita política sino porque ellos protegen a la madre naturaleza, que es su Dios, entonces nosotros creemos que hay una re evolución por ese lado.

Durante este verano Jauría debutó en Mar del Plata y se presentó en los festivales Epecuén y Cosquín Rock, pero la historia había empezado hacía más de un año atrás. Mientras Ciro estaba autoexiliado en México, Mauro se juntó con Ray y Pichu para empezar con los ensayos y, casualidad o causalidad, uno de los primeros temas que ensayaron fue “El Perro”, del disco “Amén” (1995) de Attaque 77. “Fue como haber estado jugando en reserva y ponerse la camiseta para salir a primera”, afirma el bajista que, si bien es el menos reconocido de los cuatro, pasó años tocando en De Romanticistas Shaolin´s, también junto a Deborah del Corral y siempre estuvo muy ligado a los hermanos Pertusi.

Ciro, en una entrevista dijiste que no hay que perder el espacio de ensayo. ¿Cómo manejan eso con vos viviendo en Bahía Blanca?

CP:
Viajo cuatro o cinco días antes y me meto a full a ensayar. Lo bueno es que llegamos con unas ganas de locos a la sala y eso está buenísimo. Se torna asiduo porque hacés notas y tenés que cubrir demasiadas cosas a la vez, pero venimos con mucha pila y llega un momento en que ya nos extrañamos. Aparte hay cosas a favor, como el hecho de que Ray y Pichu tienen sus estudios y trabajan con programas como Protools, donde tienen las sesiones del disco abiertas y pueden ensayar individualmente. Si ellos quieren juntarse pueden disparar mis voces y que quede un Ciro virtual ahí cantando, y está buenísimo porque se ponen re al día. Pero no hay duda alguna que el ensayo es fundamental.

El día está atravesando su cenit y los músicos no descansan. Ciro se para y se acerca a una mesita con facturas y sándwiches que hay en un costado, agarra uno y vuelve al sillón. “Yo hablo así total es para gráfica”, se justifica mientras almuerza.

El cantante confiesa que lo primero que quiso hacer fue convencer a Fede, su hermano y primer vocalista de Attaque, de rearmar su ex banda De Romanticisras Shaolin´s y ponerse en función del grupo, pero el menor de los Pertusi siempre le huyó a estar adelante de un proyecto grande, por eso es que se fue de Attaque a principios del ´90, cuando sintió que se le iba de las manos.

Se podría decir que tuviste una suerte de “síndrome Fede Pertusi”, pero 20 años después.

CP: Claro, tal cual. Por eso siempre lo entendí, soy re-contra comprensivo con él porque es un tipo que le gusta el anonimato y luchó mucho por ese lugar y comprendo su historia. Un día me dijo: “Vos tenés pasta para estar ahí; yo no. Yo soy más del fondo creativo”, y bueno, contaré con él como siempre conté. Mi hermano fue una parte para mí, no visible para el resto de la gente, durante toda la carrera. Fue un gran sostén en muchos aspectos y artísticamente colaboró un montón conmigo. Y ahora con Jauría tal vez no lo tendré ahí al frente, pero está desde la composición. Además está Mauro, que es de la familia por elección, es Romanticista, y es parte de él también. Entonces Fede está siempre muy presente.

La entrevista está llegando a su fin pero ellos van a seguir durante todo el día. Se los ve ansiosos y entusiasmados, pero además sorprendidos: “No nos esperábamos tanta cuestión simbiótica. Un montón de gente estaba esperándolo. Parece que responde a una necesidad comunal de muchos que tenían que ver con El Otro Yo, Attaque y Cabezones que quedaron un poco dispersos. Por otro lado, todos los seguidores de Romanticistas se sienten identificados. Gente que estaba muy dispersa y necesitaba un punto de encuentro. Me parece que el concepto jauría los aúna en la cuestión de lo que es lo mestizo. Que andábamos todos desperdigados por ahí, como perros sin hogar, y nos encontramos en esta”.

Texto: Guido Martínez

***Entrevista publicada en www.elacople.com***

martes, 12 de abril de 2011

Un impaciente encubierto

A mediados de abril presentarán su nuevo álbum en el Luna Park. Durante un paso fugaz por Buenos Aires, Emiliano Brancciari, cantante de NTVG, habló con El Acople sobre su última producción, su manera de componer y lo que le molesta de su profesión.



Un dicho popular aboga que no hay mal que por bien no venga, y en este caso tal vez sea así. Si el destino hubiese estado a favor del amor eterno tal vez No Te Va Gustar no existiría, ya que Emiliano Brancciari, su cantante, se fue a vivir a Uruguay cuando tenía doce años, luego de la separación de sus padres. Su madre, uruguaya, no tenía trabajo y decidió ir a hospedarse con sus familiares del otro lado del charco. “Al principio pensaba en volver todo el tiempo, pero ahora ni loco. Se vive a otra velocidad. Los primeros meses era como un sapo de otro pozo, era el porteño, y después empecé a tener más amigos donde estudiaba y cuando arrancamos con la banda, ni hablar”, asegura el músico echado en un sillón de un hotel por Palermo, al día siguiente de haberse presentado en la Fiesta Provincial de la Vendimia en Villa Reggina, Río Negro.

Para NTVG, dos años es tiempo más que prudencial para grabar un disco de estudio, ya sea por la cantidad de canciones que componen en ese tiempo, porque llegan a presentarse varias veces en las ciudades más importantes o porque es hora de renovar el espectáculo. Así que a fines del año pasado editaron “Por lo menos hoy”, su sexto álbum de estudio.

La mayoría de sus discos tienen productores diferentes. ¿Qué les aportó Juanchi Baleirón?
Ayudó muchísimo, es un estudioso de la psicología musical y logra que cada uno se sienta a gusto con lo que aporta, y más teniendo en cuenta que somos un grupo numeroso donde se hace difícil que todos estén motivados y conformes, o crean que están conformes por lo menos (risas). Viajó mucho a Montevideo, fue antes a pre-producir con nosotros y volvió para la grabación. La convivencia fue buenísima.

Las letras de “Chau”, o “Ángel con campera”, entre varias otras, son más que nada nostálgicas. ¿Cuánto de tu carrera le debés a la melancolía?

Y… todo. La verdad que no sólo dentro de la música que hacemos nosotros, a mí me gusta escuchar melancolía. En el rock, en el tango, en el folclore; me hace bien. Se hace más difícil ponerse a componer cuando uno atraviesa un momento donde todo te sale bien, te parecés más a Palito Ortega (risas). Pero con el tiempo he logrado meterme en personajes también. Eso me dio una salida, una válvula de escape que me permite no andar escribiendo sólo sobre situaciones personales.

¿“Al vacío” fue algo personal?



Es una canción con mucha bronca. ¿Cómo la sentís a la distancia?

Es un tema al que quiero mucho. También hay que tener en cuenta que las canciones son sentimientos exagerados, vos nunca vas a escuchar una canción de amor que diga: “Te quiero un poquito”. Cuando le estás cantando algo a alguien es a la máxima potencia, y cuando estás enojado, lo mismo. A la distancia creo que la volvería a escribir, fue dedicada a varias personas pero no sé si lo saben. Nunca me dijeron nada ni volví a hablar.

Emiliano habla con la tranquilidad de un uruguayo pero es un impaciente encubierto. “Hay mucho tiempo muerto en esta profesión, y lo que más me fastidia son las esperas. Llegás varias horas antes a un aeropuerto porque tenés que despachar los instrumentos, después, cuando estás en el lugar del show, tenés que hacer tiempo hasta que armen todo para hacer la prueba de sonido y otro tanto hasta el momento de tocar. También, cuando estás grabando un disco, mientras no es tu turno tenés que esperar”, se confiesa el cantante.

El 19 de marzo van a presentaron “Por lo menos hoy” en Montevideo, y el 15, 16 y 18 de abril lo harán en el Luna Park.

Cuando Andrés Calamaro se presentó en Uruguay dijo que el público es más amargo que el mate. ¿Qué diferencias encontrás entre los fans uruguayos y los argentinos?

Cada público tiene sus pros y contras. Lo que tiene el argentino es que es más futbolero y eso está bueno en ciertos momentos y en otros no. Quizás el uruguayo sea más tranquilo, como el de algún lugar del interior de la Argentina, que también es sumamente disfrutable. Aparte, si son más amargos que el mate está bien, a mí el mate amargo me gusta (risas).




TXT: Guido Martínez
***entrevista publicada en www.elacople.com***

viernes, 1 de abril de 2011

El diablo se quiso asegurar una buena banda en el infierno

La relación entre Led Zeppelin y la magia negra.



Una vez más, el misterio y lo inverosímil rodearon a una de las bandas más influyentes y místicas del rock mundial: Led Zeppelin. La banda inglesa, pionera del hard rock, tuvo una estrecha relación con el diablo, la magia negra y el ocultismo. Si bien éste no fue el primer caso en el que se relacionó a algún artista con el mismísimo Lucifer –son muchos los que creyeron que Elvis Presley firmó un contrato con el Diablo y por eso movía la cadera como la movía (muy osado para la década del ´50)-, los creyentes del mito de Zeppelin sostuvieron que esta relación provocó varios accidentes –algunos fatales– en el seno del grupo y a sus allegados.

Según la leyenda, en 1968, tres miembros de la banda (el guitarrista Jimmy Page, el vocalista Robert Plant y el baterista John Bonham) firmaron un pacto con Satanás a cambio de fama y reconocimiento. El Diablo cumplió su parte del trato. Durante los doce años de carrera de la banda –1968-1980–, Led Zeppelin grabó nueve LP y vendió millones de copias, giró por todo el mundo y se presentó ante multitudes en estadios colmados de gente. Una parte del pacto estaba cumplida, mientras que la otra la pagó en cuotas el grupo.

En 1975, el cantante Robert Plant sufrió un accidente automovilístico junto a su esposa en una isla de Grecia. El cantante resultó gravemente herido y se suspendió la gira mundial de la banda. Plant tardó casi dos años en recuperarse del todo de aquel accidente. Durante ese tiempo, la banda grabó el disco Presence.

Apenas dos años después, en 1977, murió el primer hijo varón de Robert PlantKarac, de cinco años– a causa de una extraña infección estomacal. El cantante se vio muy afectado por la muerte de su hijo y estuvo a punto de abandonar la banda. Además, existieron rumores que aseguraron que Plant acusó a Jimmy Page por el fallecimiento de su hijo debido a las prácticas de magia negra y ocultismo que practicaba el guitarrista.

En septiembre de 1980, un nuevo accidente puso fin a la carrera de Led Zeppelin. En este caso, la víctima fue el baterista John Bonham, que falleció durante una fiesta en la mansión de Jimmy Page. Luego de una dura borrachera, el baterista murió asfixiado tras haberse tragado accidentalmente su propio vómito.

Existen otros motivos por los cuales Led Zeppelin, en especial Jimmy Page, fue relacionado con la magia negra y el ocultísmo.

El guitarrista fue considerado el segundo mayor coleccionista de artículos de Aleister Crowley, un famoso mago negro del siglo XX, considerado el más perverso del mundo. Page tuvo una librería dedicada al ocultismo en Londres que se llamó "The Equinox Booksellers and Publishers”, donde publicó el libro The Goetia, de Aleister Crowley, en su edición de 1904. Además, el músico compró, en 1970, Boleskine House –la casa donde vivió el mago hasta principios de la década del ´10–, en Escocia, a orillas del conocido Lago Ness. La vivienda fue construida sobre las cenizas de una iglesia que se quemó con el párroco dentro y en la parte trasera de la mansión existió un cementerio privado. Crowley realizó innumerables misas negras y todo tipo de conjuros en la residencia, incluso creyeron que se realizaron sacrificios humanos. Según un documental del programa español Cuarto Milenio, la casa estaba rodeada por un sector de naturaleza muerta en un bosque que de noche es uno de los más oscuros. Aún hoy, la vivienda conserva el misticismo de antaño. El guitarrista decidió vender la vivienda en 1990 y nunca quiso hablar de lo sucedido durante aquella época. Por estos días, la mansión está en manos de un dueño privado que no permite visitas. De todos modos, la residencia se puede ver desde la calle y en el fondo se distinguen varias tumbas excavadas.

Jimmy Page permitió, entre otras cosas, que rodaran algunas escenas de la película Lucifer Rising, un film que realizó el director Kenneth Anger – otro admirador de Aleister Crowley– en su casa de Londres, The Tower House. Además, el músico fue invitado a participar de la banda de sonido de la película, pero debido a los problemas que Page tenía con las drogas, sólo logró escribir 23 minutos de música en tres años y al director le pareció insuficiente.


Los fanáticos de la leyenda aseguraron que Led Zeppelin dejó varias claves sobre el ocultismo y su relación con la magia negra en su obra. El cuarto disco de la banda, comúnmente conocido como Led Zeppelin IV, fue el más exitoso de su carrera; y a su vez fue el que encerró más misterio. La portada del LP no tenía nada escrito –ni el nombre de la banda ni el título del disco– pero en un costado aparecían cuatro símbolos que representaban a cada uno de sus integrantes. Una vez más, Page estuvo relacionado con el Diablo. Según el programa Cuarto Milenio, el símbolo –Zoso– que representaba al guitarrista fue una firma manuscrita del diablo Asmodeo en uno de sus pactos del siglo XVII. Por otro lado, siempre fue bastante común acusar a los artistas, desde bandas como The Beatles hasta la cantante brasilera Xuxa, de dejar mensajes satánicos si se reproducían las canciones al revés, y Zeppelin no fue la excepción. “Here's to my sweet satan”, –Aquí está mi dulce Satanás– fue lo que muchos aseguraron escuchar en la canción Stairway to Heaven, del disco Led Zeppelin IV.

En 2007, a más de 27 años de la disolución del grupo, Jimmy Page, Robert Plant, el bajista John Paul Jones y el hijo de John Bonham en la batería, se presentaron en el O2 Arena de Londres ante veinte mil personas. ¿Habrán hecho una renovación del contrato para poder tocar durante dos horas con más de sesenta años?
TXT: Guido Martínez
***artículo publicado en la revista virtual Santuariock***

lunes, 28 de marzo de 2011

La arquitectura del Hit

¿Qué es un hit? ¿Cómo componer un hit? ¿Por qué un hit se transforma en un conocimiento popular? No sabemos. Pero intentaremos averiguarlo

Existen infinidad de canciones que quedaron registradas en el inconsciente colectivo de la gente. ¡Es más! En algún momento de sus vidas, la mayoría de las personas tararearon alguna melodía que ni siquiera les gustaba pero no se la podían sacar de la cabeza. ¿Qué convierte a las canciones en éxitos radiales? “Ojalá saberlo”, fue la respuesta en común de los productores y músicos que opinaron sobre la arquitectura del hit. ¿Existe alguna estructura o patrón que los artistas deben seguir para lograr componer canciones comerciales? Encontrar una respuesta concreta para una actividad tan abstracta como es la música es tan difícil como conseguir la clave del éxito.

Hay quienes aseguran que para que un tema sea radial debe ser sencillo, corto y que respete alguna estructura básica de canción (2 estrofas – estribillo – estrofa - puente - repetir el estribillo hasta el final). Sin embargo, una estructura así puede ayudar a una canción, pero existen millones que respetan este formato y ni siquiera las pudo escuchar la madre del compositor. “Yo creo que muchas veces las canciones funcionan por cosas distintas. No siempre es la misma clave la que hace que un tema funcione, muchas veces ni siquiera es el estribillo ni la melodía, sino que puede ser un condimento, un arreglo secundario”, sostuvo Juan Absatz, músico y productor de Javier Calamaro y Los Auténticos Decadentes, entre otros. Por otro lado, Fernando López Rossi, músico y compositor de temas para artistas como Natalia Oreiro, Mambrú y Casi Ángeles, aseguró que él puede reconocer cuál de sus temas va a ser un éxito comercial y cuál no, debido a que lleva años trabajando en el medio y conoce bien los requisitos del mercado. “Yo escribo para un público adolescente, mis canciones necesitan una lírica juvenil, 2 estrofas y un estribillo que levante, algo recordable, que no dé muchas vueltas”.

Pero no sólo la estructura ni el tiempo que dura una canción es lo único que importa, lo que atrapa muchas veces al público es la letra. “El amor es el tema clave de las canciones. Es un tema universal, por eso pega más. Generalmente, la gente se siente mucho más identificada cuando el artista cuenta una historia de amor”, dijo López Rossi. Además, el país, las costumbres, la situación política y social de la región y la utilización del lunfardo, entre otras cosas, muchas veces ayuda a que la canción conecte más con el público. Color Esperanza, de Diego Torres, no hubiese funcionado como funcionó si el país no hubiese estado atravesando la crisis de 2001. Por otro lado, Absatz agregó que no sólo lo que dice la letra es importante, sino también que los interpretes, y fundamentalmente los cantantes, deben transmitir algo cuando cantan, que no lo digan sólo con palabras sino más bien con intenciones.

Hay algo que sí está claro. Uno de los pilares más importantes que debe tener una canción para que se convierta en un éxito comercial es la difusión. Hay temas que suenan una vez y ya está, mientras que otros necesitan de una escuchada más profunda para que el tema llegue a la gente. “Los gustos, en realidad, son inducidos por consecuencia de la repetición. Muchas veces, la canción que se convierte en un hit no es la más linda del disco”, aseguró López Rossi, y agregó: “Las opciones para elegir música no existen en realidad. La gente consume las canciones que unos pocos tipos en todo el mundo deciden que se vayan a grabar. Hay infinidad de artistas que no llegan ni siquiera a un estudio de grabación”. Por otro lado, Absatz sostuvo esa teoría también: “La repetición es una de las claves de cómo funciona la percepción con respecto a todo, no sólo a la música. Es decir, cuando sentís un olor que sentías cuando eras chico, te lleva a un lugar emotivamente muy fuerte. Eso es la repetición”.



The Architech. Uno de los mayores arquitectos de hits de toda la historia es Desmond Child. Para aquellos desorientados, este hombre con nombre de pop band femenina de los años noventa es, nada más ni nada menos, el compositor de algunos de los temas más escuchados y reproducidos en los últimos ¿20?, ¿30? años. Es el culpable de, entre otros, el más grande éxito del histórico grupo neoyorquino Kiss: “I Was meant for loving you baby”, que fue compuesto en 1979 por Child en conjunto con el guitarrista Paul Stanley. También, 20 años después, escribió los, hasta ahora, por lejos temas más exitosos del portorriqueño Ricky Martin: la canción que daría ritmo al Mundial de Francia 1998 “The Cup of life” (“La Copa de la Vida”) y “Livin’ la vida loca”, una de las canciones más repetidas en radios, boliches y fiestas en la última década. No sólo eso: en el medio pasaron por su lápiz y partitura otros –sin ser exagerados- archiultramega exitosos y multimillonarios hits. Cuando Kiss lanzó el disco “Dynasty” que contenía la co-composición de Child, Stanley le propuso a Jon Bon Jovi y a su guitarrista Richie Sambora que lo llamen a este joven gurú para que los ayudara con su próximo disco. Resultado: en 1986, desde el sótano de Sambora, emergieron “You Give Love a Bad Name” y “Livin’ on a Prayer”. El disco “Slippery When Wet”, que contiene estos dos hits, vendió más de 28 millones de copias en todo el mundo y otras 12 millones en Estados Unidos. En 1987, para, finalmente, poder regresar a las grandes ligas, Aerosmith decide contratarlo y Child les construye “Dude looks like a lady” y “Angel”, que son publicadas en el LP “Permanent Vacation”. Dos años después, compone “What it takes” para su disco “Pump” y, en 1993, “Crazy”, tema muy popularizado en los charts de MTV por su video clip altamente sensual –y con instintos lésbicos- en donde actúan Liv Tyler, hija del cantante de la banda, y Alicia Silverstone. Llamativamente, en ninguno de estos discos en donde expuso sus composiciones, Child se desempeña como instrumentista. Ni en sus propias obras de arte. Su habilidad natural y exitosa de crear lo ubica detrás de bambalinas cual director técnico de fútbol.

Otros tipos de arquitectos de hits son aquellos que toman la obra parcialmente terminada y, por medio de su mágico pincel musical, hacen de la misma un éxito rotundo. No son compositores –al menos en este caso no se desempeñan como tales- sino más bien son productores. Gustavo Santaolalla comenzó a incursionar en la música con su banda Arco Iris en los años sesenta, en donde salió del anonimato con uno de los temas más famosos del rock nacional hasta el día de la fecha: “Mañanas Campestres”. No obstante, su éxito comenzó cuando incursionó en la producción con su empresa discográfica “Surco”. Produjo, entre otros exitosos artistas latinoamericanos, a Café Tacuba, Julieta Venegas, Árbol, La Vela Puerca, Bersuit Vergarabat y Divididos. Tal fue la fama y el éxito que logró produciendo estas bandas que Walter Salles, director brasileño de “Diario de Motocicleta”, lo contrató para componer el tema principal de esa película y, con la participación de Jorge Drexler, ganaron el Oscar por la mejor banda sonora –que repetiría con la película “Babel”, del mejicano Alejandro González Iñarritu.

En términos generales, los verdaderos compositores de las canciones son prácticamente invisibles. Los que se apropian de los flashes, de los shows multitudinarios en majestuosos estadios, los que salen de gira y recorren el mundo, son los instrumentistas, “la banda” propiamente dicha. Detrás de ellos, se encuentran los productores y compositores de hits que, durante el proceso de grabación de un disco, “asesoran” a los músicos pero que se mantienen invisibles una vez que el disco ya fue publicado.

TXT: Guido Martínez & Lautaro Shachmann
***artículo publicado en www.santuariock.com.ar***

viernes, 18 de marzo de 2011

Disco y sello nuevo

Luego de más de veinte años de carrera, el ex cantante de La Portuaria editó, con su propio sello, su flamante álbum solista: “El día después”



Diego Frenkel entra al bar y busca refugiarse del calor en una mesa que apenas es alcanzada por el frío del aire acondicionado y socorrida levemente por un ventilador. Se lo nota tranquilo y preparado para una tarde de entrevistas que le organizó su agente de prensa. Es que en este momento está atravesando el día después del día crucial, como canta en el tema que abre su nuevo disco en solitario, justamente: “El día después”.

“Hay en el título del disco una idea que me parece muy cautivante y es que, generalmente, la vida cotidiana está marcada por íconos o por hechos, como el día del casamiento, el del show, del nacimiento de un hijo o la primera noche que dormís con alguien que querés; y hay un momento que es el día después, cuando las cosas entran como en una suerte de viaje que es realmente donde empezó el movimiento”, asegura Diego, y agrega: “Fue algo muy vertiginoso después de tantos años de carrera confrontarme a hacer un disco solo, compuesto todo en mi casa. Fue como volver a los inicios y eso me hizo muy bien”.

Según el ex líder de La Portuaria, el grupo estaba un poco disperso y desenergizado, y por eso decidió ponerse a trabajar en un proyecto solista. Aunque para él este fue un cambio bastante profundo en su manera de encarar la música, no cierra una puerta sin abrir una ventana: “No me gusta dar absolutamente por terminado el proyecto de La Portuaria porque son amigos y nada quita que en algún momento podamos volver a reunirnos, pero hay un cambio y una búsqueda musical nueva en mi forma de componer en la que me gustaría seguir ahondando y con la que me encuentro muy feliz”.

¿Cómo llegaste a esta nueva forma de hacer música?

Primero hubo un vaciamiento de ideas, y a partir de ahí dejé que la intuición me vaya llevando hacia donde quería ir en la manera de armar una canción o de hacer música en general, hasta incluso en la forma de promocionarme y venderme. Sabía que quería hacer un disco solista e intuía que iba a ser acústico o basado, por lo menos, en mi guitarra. Un día, simplemente me encontré en mi estudio armando bocetos y cuando me di cuenta ya tenía el material para poner en el álbum.

¿Qué libertades te da esta etapa que no te daba la banda?

Antes me sentía en la repetición de un rol o del nombre. Quizá la gente siempre esperaba algo de La Portuaria, o uno mismo esperaba hacer algo que tenga sentido con el contenido del grupo o con lo que veníamos haciendo. Ahora tal vez estoy siguiendo más mi instinto que no tiene la expectativa de un tipo de música específico. Estoy como en un buceo musical que está más allá de la popularidad de un momento o de un tema en la radio. Me interesa mucho generar una relación más directa con el público. Mi intención es tocar en teatros, me gustan los lugares donde la gente está sentada y compartiendo una situación con un nivel de intimidad.

Pero esto no es todo, parece que cuando Frenkel decidió hacer un disco solista, decidió hacerlo solo, solo. Es por eso que “El día después” salió editado por Odisea records, el nuevo sello del ex La Portuaria con el que piensa lanzar artistas que tengan algún contenido o criterio de vanguardia. Además planea romper un poco la estructura de la distribución clásica de los álbumes: “Mi idea es vender a un precio no muy alto en lugares alternativos a la venta corriente; como ser en bares, cafés, institutos de danzas o artes marciales y en sitios donde haya una coherencia estética y un público posible”.

¿Crees que están caros los discos?

No, la verdad que no. Como está la posibilidad de tenerlo gratis, cualquier precio va a parecer caro. Hoy en día una pizza cuesta treinta pesos y está perfecto, pero un CD que es un objeto que te va a acompañaren buena parte de la vida parece costoso. El mercado de la industria discográfica en Argentina está en una situación terrible. Por un lado la mayoría de las personas que consumen música la bajan gratis, y eso es un problema serio. Sin embargo, yo creo que pueden coexistir las dos cosas, pero la situación de descargar la canciones sin pagar se va a tener que resolver. Como en Estados Unidos o en Europa en donde todo lo que se baja se paga, entonces está más compensado todo. Mi idea es buscar la forma de subsidiar la música, como sucede con el cine, ya sea estatal o privado para poder, en principio, hacer la obra.

Txt: Guido Martínez

***Entrevista publicada en www.elacople.com.ar***

miércoles, 16 de marzo de 2011

La guerra del volúmen

Una nueva tendencia que degrada la calidad de audio por priorizar que las canciones suenen fuerte; En los últimos años, algunos artistas prefirieron grabar discos con mayor volumen pero de peor calidad.



“La música es eso que pasa mientras uno está ocupado haciendo que su grabación suene más fuerte”, diría John Lennon en relación con La Guerra del Volumen (Loudness war), el nuevo fenómeno que, desde hace algunos años, afecta la calidad del audio de los nuevos álbumes de los artistas que quieren que sus discos suenen cada vez más alto para demostrar quién lo tiene más grande (al orgullo, obvio).

Mucha gente confunde con frecuencia que una canción suena mejor que otra si se escucha más fuerte, pero esto no es así.

                                   Cómo, cuándo y por qué pierde fidelidad el sonido

Existen tres etapas básicas que se suelen seguir a la hora de grabar un álbum. La primera es el momento en que los músicos ejecutan y dejan registrados sus instrumentos. Luego sigue el proceso de la mezcla, donde se corrigen y se ponen a punto todas las tomas grabadas. Y por último, se hace la masterización, que es el momento en el cual se cierra el proyecto de grabación. En esta última fase se emparejan los volúmenes de todas las canciones del álbum y se ecualizan, y es justamente en esta etapa cuando se puede perder fidelidad del audio por el afán de que el disco suene más fuerte. “En la búsqueda del volumen, lo que se pierde es la dinámica de la música. Es decir, los diferentes matices que hacen que una parte parezca más fuerte en relación a una más suave”, aseguró Eduardo Bergallo, el ingeniero en sonido de Soda Stereo que creó el primer estudio de mastering de la Argentina, y agregó que si no hay diferencia de intensidad entre las distintas partes de una canción (intro, estrofa, estribillo, etc.), más allá de la calidad y las saturaciones que presenta la grabación, lo que quita es emoción.

El método que se utiliza para lograr que todo suene igual es la compresión del rango dinámico, es decir, achicar la distancia que hay entre la parte más fuerte de la canción y la más suave, y eso hace perder fidelidad al audio.

La gran duda en todo este tema es por qué los músicos de tanta trayectoria y experiencia priorizan el volumen por sobre la calidad del sonido. Juanchi Baleirón, que además de ser el cantante y guitarrista de Los Pericos, se desempeña como productor artístico hace más de dos décadas habló con el diario Domingo y dio su opinión al respecto: “Antes se escuchaba un álbum de punta a punta y de alguna manera había un concepto de audio en la mayoría de los discos. Las nuevas generaciones escuchan en los reproductores de mp3 sus canciones favoritas, y ahí es donde comienza la guerra de volumen. La mayoría de los músicos nos preocupamos porque nuestros discos o temas no suenen más bajo cuando están después de uno de Madonna, Metallica o quien sea, y es ahí donde empieza el pánico”.

                                                  Death Magnetic, el mayor exponente

Algunos especialistas afirman que esta carrera en busca del volumen más fuerte comenzó a mediados de los ´90 con el disco (What´s the story) morning glory? de la banda inglesa, Oasis. Si bien otros artistas como Red Hot Chili Peppers y Artic Monkeys, entre otros, tampoco resistieron la tentación de subir el volumen de sus álbumes, el caso más trascendente de este fenómeno fue el de Metallica y su disco Death Magnetic, editado en 2008.

Muchos fanáticos de la banda de San Francisco concuerdan en que este disco es uno de los mejores de la carrera de Metallica en lo que respecta a la composición, pero el audio deja mucho que desear. En septiembre del año pasado se abrió un petitorio online en www.gopetition.com donde los seguidores de todo el mundo firmaron para que el álbum de Metallica sea remasterizado. Este sitio web sigue habilitado para todo aquel que quiera adherirse a la propuesta, hasta el momento hay más de 21.000 firmas y comentarios que resaltan lo indignados que están muchos con el sonido pobre y de baja calidad que presenta Death Magnetic. Incluso Ted Jensen, que se encargó de masterizar el disco, manifestó su descontento con el trabajo que realizó. 


El single de Metallica no cumple con los estándares de calidad de Turn Me Up!



                                                            Una posible solución

Hace unos años, Charles Dye, el ingeniero de grabación Aerosmith y Bon Jovi, entre otros, fundó junto a otros especialistas la organización Turn me Up! (www.turnmeup.org) para devolverle a los artistas la oportunidad de grabar discos con mayor rango dinámico y así alertar al consumidor, con un calco que se pega en el álbum, de que el disco que lleve la certificación de la organización no suena fuerte, pero sí bien. Uno de las placas que cuenta con esta aprobación es la última de Guns & Roses, Chinese Democracy. Si quieren que suene más alto sólo hay que subir el volumen.

En Argentina, el estudio de Eduardo Bergallo, Puro mastering, fue el primero en obtener la certificación de Turn me Up! “Creo que es la propuesta más sensata que escuché hasta hoy. Acá editamos varios discos así, el más conocido fue el último de Infierno 18, Ya era Hora”, afirmó el técnico en sonido.

Txt: Guido Martínez & Eddie Fitte

***Artículo publicado en el diario Domingo de Noviembre de 2009***

lunes, 14 de marzo de 2011

Rockstars, una profesión de riesgo

Wallpaper de la banda uruguaya Quatro Quartos

Los integrantes del club de los 27 no son los únicos que han sufrido una muerte trágica cuando eran jóvenes. A lo largo de la historia del rock, cientos de músicos fallecieron antes de cumplir los 45. Será por haber intentado cumplir con la idea de Sexo, Droga y Rock ´n Roll, o simplemente por haber desconocido realmente las consecuencias de esa vida.

Un estudio de la Universidad John Moores de Liverpool, Inglaterra, sostuvo que la esperanza de vida promedio de los rockeros es de 35 años para los europeos y 42 para los americanos.

Los científicos analizaron las biografías de más de 1050 músicos entre 1956 y 2005, y dedujeron que el 25 por ciento de los artistas son propensos a sufrir una muerte por problemas de drogas y alcohol. "En la industria musical, factores como el estrés, cambios de popularidad a ser ignorados, y la exposición a ambientes donde el alcohol y las drogas son de fácil acceso, pueden contribuir al uso de substancias así como otros comportamientos autodestructivos”, afirmó Mark Bellis, autor principal del estudio.

Por otro lado, Bellis sostuvo que los artistas que superen los 25 años de carrera vuelven a tener el riesgo de vida promedio de los occidentales (78 años aprox.). Por ejemplo, el guitarrista Jimi Hendrix, Bon Scott –primer cantante de AC/DC– y el bajista de Sex Pistols, Sid Vicious, entre otros, murieron antes de superar los 8 años de actividad profesional; mientras que Mick JaggerThe Rolling Stones–, Paul McCartneyThe Beatles– y Pete TownshendThe Who– siguen vivos y han superado ampliamente los 35 años de carrera.

Txt Guido Martínez

***artículo inédito***

viernes, 11 de marzo de 2011

El Obsesionario de Chano

Tan Biónica se formó a principios de la década y a partir de ahí no paró de acompañar a la suerte con mucho trabajo. Es una de las bandas que más ha crecido en el último tiempo y se prepara para un año muy prometedor.


Chano camina pisando fuerte -como Tan Biónica- hasta el café de la esquina. Pareciera como si estuviese matando una cucaracha con cada paso que da. A mitad de cuadra está la sala que alquilan a tiempo completo y donde se juntan todos los días a ensayar, tirar ideas, preparar el vestuario o cualquier cosa que le sume al proyecto. “Nosotros estamos abocados a esto las 24 horas, te diría. El resto lo hacemos porque hay que vivir un poco”, dice entre risas.

La canción “Arruinarse”, del disco “Canciones del huracán” (2007), fue como una bisagra en la carrera del grupo ya que su video fue visto más de 500mil veces en Youtube y el público, lógicamente, comenzó a crecer. Es por eso que cuando firmaron contrato con su compañía actual (Pirca récords -el sello del ex mánager de Bersuit, Cristian Merchot-) ya habían llenado La Trastienda. “Nosotros apuntamos a ser difundidos, es lo que siempre deseamos y por lo que trabajamos todos los días. Yo quiero que me escuche todo el mundo, si no, me voy a tocar jazz a Varsovia, pero no sé tocar jazz”, bromea el cantante, y agrega: “Si hay un problema personal, hay que resolverlo; si hay un problema en la banda, hay que resolverlo. Hay que hacer lo que sea para mantener vivo esto que es a lo que decidimos dedicarnos y abandonar cualquier cosa que ocupara espacio en nuestras vidas para poder seguir”. Y mirá si le habrán puesto dedicación a la banda que cuando Chano estaba internado para recuperarse de algunos excesos, le dedicaba el único día que podía salir para ir y grabar las voces de su primer disco. Pero arranquemos por el principio.

¿Cómo recordás el EP “Wonderful noches” (2003) y “Canciones del huracán”?
Tengo poca memoria. De “Wonderful noches” no me acuerdo prácticamente nada. Fue un EP que grabamos para difundirnos pero no teníamos claro nuestras personalidades tanto dentro como fuera de la banda. Hicimos algo que nos gusta y seguimos tocando algunos temas reversionados, pero nunca volveríamos a grabarlos de esa manera. Con “Canciones del huracán” hicimos lo que pudimos. Juntamos todos los temas que teníamos y los grabamos de una forma barata, no había fondos y teníamos que hacerlo igual, como sea. Se empezó en un estudio pero nos quedamos sin plata y siguió en una casa. También se mezcló ahí, cuando el plan era volver al estudio. Tuvimos las facilidades que ofreció un gran ingeniero como Eduardo Bergallo para masterizarlo, y estuvo bueno. “Arruinarse” es un tema al que yo le estoy muy agradecido porque nos ayudó mucho a crecer, y casi no entra al disco. Yo lo tenía ahí, medio abandonado, y mi hermano (Bambi, bajista y programador) lo quiso rescatar, pero nunca lo habíamos ensayado juntos.

Después de todo ese trajín, ¿cómo fue grabar “Obsesionario” (2010) con la producción de Pepe Céspedes y Osky Righi?
Estuvo bárbaro. Lo que más disfrutamos fue esa vocación de enseñanza que tienen y, además, le dieron un sonido muy pro al disco que no hubiéramos podido lograr por nuestros propios medios jamás. No escatimaron en ningún recurso, llegamos a la grabación sin nada y Osky nos prestó siete equipos. Ellos cosecharon un patrimonio de instrumentos y de tecnología que estaba muy fuera de nuestro alcance y lo pusieron a nuestra disposición.

Chano es verborrágico pero habla pausado, pensando en cada palabra para no dejar nada librado al azar. De vez en cuando se cuela una “Z” donde iría una “S”, y en ocasiones, por más que esté en la mitad de una oración o tratando de cerrar una idea importante, se calla repentinamente y aclara: “Yo, cuando pasan chicas, por respeto paro de hablar y presto atención”.

De la mano de “Obsesionario” vino la rotación masiva. “Ella” es el cuarto tema nacional que más suena en el país, y eso los llevó a una gira de diez fechas durante enero. “Al principio, cuando tocábamos en el interior, íbamos los cuatro en un auto turnándonos para manejar; la última vez alquilamos un micro y fuimos diez personas entre músicos, mánager y staff. El público creció y es mucho más lindo salir a tocar”. Hace poco más de dos años que Chano y su hermano Bambi Moreno Charpentier, el guitarrista Seby Seoane y el baterista Diega Lichtenstein pudieron dejar sus otros trabajos y dedicarse de lleno a la música, pero eso no los hizo sacar el pie del acelerador: “La verdad es que no nos podemos quejar pero tampoco estamos conformes con lo que tenemos, día a día nos proponemos ir por más”.

Las energías para este 2011 están puestas en los conciertos de La Trastienda que van a hacer el 11 y 12 de marzo, en el videoclip del corte de difusión que sucederá a “Ella” y en empezar a trabajar en nuevos temas. “Hay una búsqueda muy exacerbada por nosotros mismos del sonido, tratamos de darle un tratamiento de audio a cada canción para que no suene como a otras cosas…”.

Chano se calla abruptamente mientras sigue con la mirada a una chica que pasa a su lado y remata: “Otra historia de amor no concretada que pasó de largo y nunca le dije nada”.

Guido Martínez
Redacción de El Acople


                                                                 ***Entrtevista publicada en www.elacople.com.ar***

miércoles, 9 de marzo de 2011

Por un futuro perfecto

Hilda Lizarazu editó su tercer disco solista y, luego de haber acompañado a Charly García durante un año y medio, quiere reencontrarse con su público.



La voz de Hilda Lizarazu aparece al otro lado del teléfono luego de unos minutos de música en espera. La misma voz que debutó a mediados de los ´80 con Los Twist, la que sonó en las radios y discotecas con hits como “En el Caribe sur” y “Sola en los bares”, entre otros, cuando estuvo al frente de Man Ray durante los ´90 y que a partir de 2004 comenzó su carrera en solitario con “Gabinete de curiosidades”.

El 2010 fue un año muy activo para Hilda, y si bien algunas cosas le quedaron en el tintero, pudo cumplir muchos de los objetivos que se había propuesto, como editar “Futuro Perfecto”, su reciente tercer disco de estudio como solista. Aunque se la escucha satisfecha y contenta, ella asegura: “La etapa de la difusión es la más ardua”.

“La necesidad de expresión es constante. Ya de chiquita necesitaba expresar. Ahora por suerte estoy en un formato donde puedo poner algunas ideas y ocurrencias”, sostiene la cantante, y agrega que cada disco tiene diferentes momentos y que son como un espejo de cada una de sus facetas que va descubriendo a medida que transcurre el tiempo.

Durante el comienzo del año, Hilda hizo la selección de los temas que integran el disco y los ensayó junto a la banda para ajustarlos musicalmente, y después fue cerrando algunas de las letras cuando estuvo aislada en los diferentes cuartos de hotel durante la gira con Charly García. “Llevé los bocetos y fui cambiando las palabras y viendo cuál sonaba mejor para cantar y fui corrigiendo”, aclara.

¿Qué diferencias encontrás entre tu primer disco y este último?
“Gabinete de curiosidades” lo hice desde un lugar más inocente pero con muchas ganas de salir adelante con esas canciones, y tiene también toda una faceta más errática. Lo llevé a cabo sin saber cómo se hacía un disco en solitario pero con la necesidad de hacerlo, de expresar. El segundo, “Hormonal” (2007), tiene un sonido más de banda, más rockero, ya que lo hice con un grupo más armado que fui seleccionando con la idea de tocar en vivo. “Futuro Perfecto” es un poco la continuación de “Hormonal” porque siguen los mismos integrantes (Federico Melioli en bajo; Amílcar Vázquez en guitarras; Lito Castro en teclados y Claudio Salas en batería), pero con la libertad de agarrar diferentes temas y probarlos con otros músicos fuera de la banda. Hay participaciones que me permitieron tener otros timbres que no venían del grupo que me acompaña. Por ejemplo, en este disco hay una colaboración de Pablo Romero (Árbol) que llevó un tema que le pasé para un lado más discotequero o electrónico que en realidad no es como sueno con mi banda. Además, Lisandro Aristimuño intervino en la canción “Las puertas del Olimpo”, que también la inclina hacia un mundo con aires étnicos y timbres más orientales. Así que tiene esos agregados en busca de abrir el juego con otras texturas y otras personas que aporten otro sonido, pero siempre el hilo conductor es mi voz que es la que lleva este proyecto y el nombre.

¿A Charly lo llamaste?

No se lo propuse porque ya tenía bastante arreglado todo y no quería comprometerlo, así que no se dio la invitación. Además no sabía bien si llamarlo para cantar o para tocar y finalmente no lo quise poner en un compromiso y no lo invité en este disco, pero nunca se sabe, por ahí en otro pueda hacer algunas voces con él.

Por otro lado, si bien en “Futuro Perfecto” participaron como invitados Gustavo Santaolalla, Lito Vtale, Adrián Dárgelos (Babasónicos) y David Lebón, entre otros, Hilda se quedó con las ganas de que Peteco Carabajal aporte su violín en “Paisaje y ciudad”, y remarca que fue el único amigo músico de los que convocó que no pudo estar.

Con respecto a su futuro, por ahora la cantante no tiene pensado si va a seguir acompañando en los conciertos a Charly ya que en estos momentos está todo más tranquilo y tal vez el ex Serú Girán arranque otro proyecto, y asegura que no se pone grandes metas, que las ambiciones de ella son las diarias y están relacionadas a su trabajo y a la voluntad de qué puede hacer y qué no. “Ojalá que este año tenga muchas actuaciones con mi banda para mostrar las nuevas canciones, tocar más en vivo y viajar más, ese es mi deseo”, remarca Hilda, y cuenta que quiere hacer la presentación oficial del disco en abril en un lugar que no haya tocado nunca, como el Paseo La Plaza o el Maipo. Y remata: “Dictaminarse un futuro brillante es una buena manera de mantenerse bien. Ojo, no creo en la felicidad constante pero sí en transitar por un costado más radiante”.


Guido Martínez
Redacción de El Acople

***Entrevista publicada en www.elacople.com***

lunes, 28 de febrero de 2011

THE LITTLE CJ

El sábado 12 de febrero, los fanáticos de la banda de las camperas de cuero agotaron las localidades del Roxy Live para disfrutar de un repertorio al palo. Los que hablan de Ladrones quedaron afuera, los que hablan de Ramones quedaron contentos.

Foto por Deborah Valado para El Acople
Cuando faltaban unos minutos para las nueve de la noche, los encargados de la seguridad del Roxy Live comenzaron a hablar por radio y a despejar a unos pocos fanáticos de la entrada para darle espacio a la combi blanca que transportaba al protagonista de la noche: CJ. Adentro la gente esperaba ansiosa, muchos estaban desde las seis de la tarde y ya habían visto a las tres bandas soporte (condición sine qua non de un recital punk: varios grupos teloneros). Entre el público había muchos adolescentes que seguramente nunca vieron a Los Ramones en vivo, y, debido al calor, no se vio ni una campera de cuero pero sí muchas remeras de la banda neoyorquina y otras tantas de Misfits. El comienzo del show se demoró unos minutos y cada vez que alguien probaba el bajo la gente se desesperaba y empezaba con el clásico “Hey ho, let´s go”.

Se abrió el telón y, luego del famoso “One, two, three, four”, comenzó a sonar “Blitzkrieg bop” pegada a “Judy is a punk” y “Beat on the brat”. Aquellos que quisieron ver de cerca a su ídolo tuvieron que debatirse entre soportar los codazos y las patadas de los que pasaban sobre el público haciendo mosh o resignarse a verlo alejados de la onda expansiva del pogo.

Sobre un escenario austero, a CJ -vestido con una remera de “Too Tough to die” y con gorra y muñequera de los New York Yankees- lo acompañaban el mítico colaborador de Los Ramones, Daniel Rey, que tranquilamente podría ser la versión rockera de Luis Majul; y el baterista Mike Stamberg. “¿Cómo la están pasando, cretinos?”, preguntó el guitarrista empuñando una Mosrite bordó, similar a la que usaba Johnny en los comienzos de la banda, para darle paso a “Cretin Hop”, la primera canción en la noche cantada por él.

“¡Mucho calor!”, afirmó el ex Ramones, aunque ni hacía falta que lo diga. Su brazo chorreaba transpiración cada vez que recorría el mango de su clásico bajo, mientras que Rey tenía que secarse las manos con la toalla varias veces por tema.

A lo largo de la noche también se escucharon “Pet Sematary”, “Endless vacation”, “Psycho therapy”, y “Glad to see you go”, entre otros clásicos ramoneros. Cuando le tocó el turno a “Poison Heart”, se lo pudo ver a Daniel Rey acercarse al bajista y gritarle “it´s on A, it´s on A” (Es en LA, es en LA), ya que CJ había empezado el tema en otro tono. También se equivocó antes de llegar al estribillo y en sus labios se leyó claramente: “What the fuck?”, mientras miraba resignado al asistente.

Por otro lado, cuando sonaron “Strength to endure”, de “Mondo bizarro”, o el cover de Bob Dylan, “My back pages”, de “Acid eaters”, era imposible no cerrar los ojos y pensar que sobre el escenario estaban Los Ramones. Pero claro, la mayoría prefirió mantener los ojos bien abiertos y no perderse nada.

A poco menos de una hora de show, el trío abandonó el escenario unos minutos y volvió para tocar el único tema que no perteneció al repertorio ramonero: “Three angels on my shoulder”, una canción que forma parte de la nueva producción de CJ, “Reconquista”, que lógicamente habla sobre Joey, Johnny y Dee Dee.

Ya sobre la recta final tocaron “Teenage lobotomy” y “Do you wanna dance”, y el bajista plantó bandera: “Thank you very much! We´ve had a great nigth. Ramones forever!”. Por último, “California sun” fue el encargado de coronar la noche, con devolución de gentilezas de Daniel Rey incluidas y un pequeño pifie en el riff del tema.

Es verdad que existe la controversia de catalogar a Marky o a CJ de Ramones o Ladrones, que no aportan nada nuevo y viven del pasado, pero lo cierto es que, tanto ellos como sus seguidores, lo tienen claro: quieren mantener viva la llama de la banda que amaron. Además, no hay nada mejor que escuchar temas de Ramones interpretados por sus protagonistas.

Guido Martínez
Redacción de El Acople

***Nota publicada en El Acople www.elacople.com***

lunes, 21 de febrero de 2011

RAMONES FOREVER

Antes de presentarse nuevamente en Argentina, CJ nos contó sobre sus inicios con la banda neoyorquina, su relación con Marky y sus planes futuros.



Christopher Joseph Ward, alias CJ Ramone desde 1989, es, aunque los años y su documento digan lo contrario, The Little Ramone. Al igual que Marky, su objetivo es mantener viva la música del grupo al que tanto amó y darle la oportunidad a aquellos que nunca los pudieron ver en vivo de sacarse las ganas, aunque sea, con una pequeña porción de lo que fue. Es por eso que el 12 de febrero, luego de presentarse en el Cosquín Rock, CJ va a estar tocando en The Roxy Live (Niceto Vega 5542).

El Acople se contactó con el bajista para preguntarle sobre el grupo que le cambió la vida: Los Ramones.

La ansiedad hubiese sido algo difícil de controlar para cualquier fanático de la banda neoyorquina si el mismísimo Johnny lo hubiese llamado para anunciarle que era el nuevo bajista del grupo, pero a CJ no le quedó otra que manejarla como pudo: “Estaba en la cárcel militar cuando me dijeron que quedaba en la banda, por eso todo lo que podía hacer era empezar a contar los días hasta que me dejaran salir y unirme a Ramones”, afirma el bajista.

Cuando uno conoce a sus ídolos muchas veces suele decepcionarse. ¿Cuál fue tu impresión?

Siempre es extraño conocer a las personas que uno admira y descubrir que son tan humanos como cualquiera. Lo que más me impactó fue enterarme que ellos no se llevaban bien. Siempre dieron la impresión de ser como una pandilla, pero después de estar en la banda un tiempo me di cuenta que no era así. De todos modos eso no hizo que me gustaran menos, simplemente cambió mi perspectiva.

Marky dijo a una revista argentina durante su última visita que vos eras un reemplazo, que quisiste ocupar el puesto de Dee Dee y no lo hiciste muy bien. ¿Por qué crees que está tan molesto con vos?

No me interesa la opinión de nadie sobre el trabajo que hice en Ramones. Johnny, Joey y Dee Dee me dijeron antes que murieran lo que hice por ellos y por la banda, incluso Tommy también me dijo que hice un buen trabajo. Esas son las únicas opiniones que me importan, además de la de los fans. Lo dije muchas veces: nunca traté de ocupar el lugar de Dee Dee, sólo traté de hacer el trabajo lo mejor posible.

¿Te gustaría volver a trabajar con Marky?

Ambos nos llevábamos bien cuando estábamos en la banda, pero después yo me puse en contacto para hacer algo juntos y él dijo que no. No sé qué pasará en el futuro, sólo sé que nunca hay que decir nunca.

Cuando fuiste a la entrevista para entrar en la banda dijiste que Dee Dee era una de tus mayores influencias. ¿Por qué sólo tocaste un año en The Remainz (la banda integrada por Dee Dee y Marky luego de la disolución de Ramones)?

Tocar con Dee Dee en The Remainz fue asombroso. En ese momento estaba tocando con Los Gusanos, mi banda, y no tenía tiempo para ambas. Él fue una de mis mayores influencias y lo quise mucho. Lo extraño un montón.

¿Por qué crees que Los Ramones fueron más importantes años después de su separación que cuando estaban juntos?

Los Ramones no fueron importantes o reconocidos comercialmente, pero cuando estaban juntos influenciaron casi a más bandas que la mayoría de las que estaban de antes o vinieron después. A la industria del mainstream musical le llevó años lo que el under o la clase trabajadora supo por mucho tiempo: Los Ramones fue uno de los grupos más grandes e influyentes de todos los tiempos.

Cuando terminaron Los Ramones y The Remainz tuviste algunos trabajos que no tenían nada que ver con la música. ¿Pensaste en abandonar el bajo definitivamente?

Dejé de tocar por un tiempo para poder quedarme en casa y cuidar de mi hijo (Cj tiene dos hijos con Chessa, la sobrina de Marky, pero asegura que su relación con el baterista empeoró antes de que ellos se divorciaran). Incluso ahora no salgo de gira tanto como lo hacía con Los Ramones. De todos modos, aprendí que nunca me voy a poder alejar del todo de la música. Necesito tocar. Además, tengo que mantener la música de Los Ramones viva.

Durante su presentación en Argentina, además de tocar varios temas de la banda que lo hizo conocido, CJ asegura que el repertorio incluirá varias canciones de “Reconquista”, el nuevo álbum que está grabando en este momento y espera que salga editado en julio. Por otro lado, no sólo planea seguir de gira flameando bien alto la bandera de Ramones, sino que está escribiendo un libro sobre su vida y sobre los años que estuvo en el grupo. “No estoy seguro cuándo va a estar terminado, es mi primer libro y me di cuenta que escribo realmente muy despacio”, se sincera el bajista.
***Entrevista publicada en El Acople www.elacople.com***