miércoles, 16 de marzo de 2011

La guerra del volúmen

Una nueva tendencia que degrada la calidad de audio por priorizar que las canciones suenen fuerte; En los últimos años, algunos artistas prefirieron grabar discos con mayor volumen pero de peor calidad.



“La música es eso que pasa mientras uno está ocupado haciendo que su grabación suene más fuerte”, diría John Lennon en relación con La Guerra del Volumen (Loudness war), el nuevo fenómeno que, desde hace algunos años, afecta la calidad del audio de los nuevos álbumes de los artistas que quieren que sus discos suenen cada vez más alto para demostrar quién lo tiene más grande (al orgullo, obvio).

Mucha gente confunde con frecuencia que una canción suena mejor que otra si se escucha más fuerte, pero esto no es así.

                                   Cómo, cuándo y por qué pierde fidelidad el sonido

Existen tres etapas básicas que se suelen seguir a la hora de grabar un álbum. La primera es el momento en que los músicos ejecutan y dejan registrados sus instrumentos. Luego sigue el proceso de la mezcla, donde se corrigen y se ponen a punto todas las tomas grabadas. Y por último, se hace la masterización, que es el momento en el cual se cierra el proyecto de grabación. En esta última fase se emparejan los volúmenes de todas las canciones del álbum y se ecualizan, y es justamente en esta etapa cuando se puede perder fidelidad del audio por el afán de que el disco suene más fuerte. “En la búsqueda del volumen, lo que se pierde es la dinámica de la música. Es decir, los diferentes matices que hacen que una parte parezca más fuerte en relación a una más suave”, aseguró Eduardo Bergallo, el ingeniero en sonido de Soda Stereo que creó el primer estudio de mastering de la Argentina, y agregó que si no hay diferencia de intensidad entre las distintas partes de una canción (intro, estrofa, estribillo, etc.), más allá de la calidad y las saturaciones que presenta la grabación, lo que quita es emoción.

El método que se utiliza para lograr que todo suene igual es la compresión del rango dinámico, es decir, achicar la distancia que hay entre la parte más fuerte de la canción y la más suave, y eso hace perder fidelidad al audio.

La gran duda en todo este tema es por qué los músicos de tanta trayectoria y experiencia priorizan el volumen por sobre la calidad del sonido. Juanchi Baleirón, que además de ser el cantante y guitarrista de Los Pericos, se desempeña como productor artístico hace más de dos décadas habló con el diario Domingo y dio su opinión al respecto: “Antes se escuchaba un álbum de punta a punta y de alguna manera había un concepto de audio en la mayoría de los discos. Las nuevas generaciones escuchan en los reproductores de mp3 sus canciones favoritas, y ahí es donde comienza la guerra de volumen. La mayoría de los músicos nos preocupamos porque nuestros discos o temas no suenen más bajo cuando están después de uno de Madonna, Metallica o quien sea, y es ahí donde empieza el pánico”.

                                                  Death Magnetic, el mayor exponente

Algunos especialistas afirman que esta carrera en busca del volumen más fuerte comenzó a mediados de los ´90 con el disco (What´s the story) morning glory? de la banda inglesa, Oasis. Si bien otros artistas como Red Hot Chili Peppers y Artic Monkeys, entre otros, tampoco resistieron la tentación de subir el volumen de sus álbumes, el caso más trascendente de este fenómeno fue el de Metallica y su disco Death Magnetic, editado en 2008.

Muchos fanáticos de la banda de San Francisco concuerdan en que este disco es uno de los mejores de la carrera de Metallica en lo que respecta a la composición, pero el audio deja mucho que desear. En septiembre del año pasado se abrió un petitorio online en www.gopetition.com donde los seguidores de todo el mundo firmaron para que el álbum de Metallica sea remasterizado. Este sitio web sigue habilitado para todo aquel que quiera adherirse a la propuesta, hasta el momento hay más de 21.000 firmas y comentarios que resaltan lo indignados que están muchos con el sonido pobre y de baja calidad que presenta Death Magnetic. Incluso Ted Jensen, que se encargó de masterizar el disco, manifestó su descontento con el trabajo que realizó. 


El single de Metallica no cumple con los estándares de calidad de Turn Me Up!



                                                            Una posible solución

Hace unos años, Charles Dye, el ingeniero de grabación Aerosmith y Bon Jovi, entre otros, fundó junto a otros especialistas la organización Turn me Up! (www.turnmeup.org) para devolverle a los artistas la oportunidad de grabar discos con mayor rango dinámico y así alertar al consumidor, con un calco que se pega en el álbum, de que el disco que lleve la certificación de la organización no suena fuerte, pero sí bien. Uno de las placas que cuenta con esta aprobación es la última de Guns & Roses, Chinese Democracy. Si quieren que suene más alto sólo hay que subir el volumen.

En Argentina, el estudio de Eduardo Bergallo, Puro mastering, fue el primero en obtener la certificación de Turn me Up! “Creo que es la propuesta más sensata que escuché hasta hoy. Acá editamos varios discos así, el más conocido fue el último de Infierno 18, Ya era Hora”, afirmó el técnico en sonido.

Txt: Guido Martínez & Eddie Fitte

***Artículo publicado en el diario Domingo de Noviembre de 2009***

1 comentario:

  1. que loco lo de Death Magnetic, no lo sabía. Si sé que suena al re palo jaja. Por suerte pudieron revertir la imagen de la basura esa de St. Anger.
    Otra banda que me encanta pero que suena, no sé, raro (?) es Queens of the Stone Age, como si estuviese más distorsionado todo. No sé mucho de calidad de sonido y eso, pero sé que QOTSA suena distinto...

    Saludos Doggy!

    PD: Ahí actualicé!

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