lunes, 28 de marzo de 2011

La arquitectura del Hit

¿Qué es un hit? ¿Cómo componer un hit? ¿Por qué un hit se transforma en un conocimiento popular? No sabemos. Pero intentaremos averiguarlo

Existen infinidad de canciones que quedaron registradas en el inconsciente colectivo de la gente. ¡Es más! En algún momento de sus vidas, la mayoría de las personas tararearon alguna melodía que ni siquiera les gustaba pero no se la podían sacar de la cabeza. ¿Qué convierte a las canciones en éxitos radiales? “Ojalá saberlo”, fue la respuesta en común de los productores y músicos que opinaron sobre la arquitectura del hit. ¿Existe alguna estructura o patrón que los artistas deben seguir para lograr componer canciones comerciales? Encontrar una respuesta concreta para una actividad tan abstracta como es la música es tan difícil como conseguir la clave del éxito.

Hay quienes aseguran que para que un tema sea radial debe ser sencillo, corto y que respete alguna estructura básica de canción (2 estrofas – estribillo – estrofa - puente - repetir el estribillo hasta el final). Sin embargo, una estructura así puede ayudar a una canción, pero existen millones que respetan este formato y ni siquiera las pudo escuchar la madre del compositor. “Yo creo que muchas veces las canciones funcionan por cosas distintas. No siempre es la misma clave la que hace que un tema funcione, muchas veces ni siquiera es el estribillo ni la melodía, sino que puede ser un condimento, un arreglo secundario”, sostuvo Juan Absatz, músico y productor de Javier Calamaro y Los Auténticos Decadentes, entre otros. Por otro lado, Fernando López Rossi, músico y compositor de temas para artistas como Natalia Oreiro, Mambrú y Casi Ángeles, aseguró que él puede reconocer cuál de sus temas va a ser un éxito comercial y cuál no, debido a que lleva años trabajando en el medio y conoce bien los requisitos del mercado. “Yo escribo para un público adolescente, mis canciones necesitan una lírica juvenil, 2 estrofas y un estribillo que levante, algo recordable, que no dé muchas vueltas”.

Pero no sólo la estructura ni el tiempo que dura una canción es lo único que importa, lo que atrapa muchas veces al público es la letra. “El amor es el tema clave de las canciones. Es un tema universal, por eso pega más. Generalmente, la gente se siente mucho más identificada cuando el artista cuenta una historia de amor”, dijo López Rossi. Además, el país, las costumbres, la situación política y social de la región y la utilización del lunfardo, entre otras cosas, muchas veces ayuda a que la canción conecte más con el público. Color Esperanza, de Diego Torres, no hubiese funcionado como funcionó si el país no hubiese estado atravesando la crisis de 2001. Por otro lado, Absatz agregó que no sólo lo que dice la letra es importante, sino también que los interpretes, y fundamentalmente los cantantes, deben transmitir algo cuando cantan, que no lo digan sólo con palabras sino más bien con intenciones.

Hay algo que sí está claro. Uno de los pilares más importantes que debe tener una canción para que se convierta en un éxito comercial es la difusión. Hay temas que suenan una vez y ya está, mientras que otros necesitan de una escuchada más profunda para que el tema llegue a la gente. “Los gustos, en realidad, son inducidos por consecuencia de la repetición. Muchas veces, la canción que se convierte en un hit no es la más linda del disco”, aseguró López Rossi, y agregó: “Las opciones para elegir música no existen en realidad. La gente consume las canciones que unos pocos tipos en todo el mundo deciden que se vayan a grabar. Hay infinidad de artistas que no llegan ni siquiera a un estudio de grabación”. Por otro lado, Absatz sostuvo esa teoría también: “La repetición es una de las claves de cómo funciona la percepción con respecto a todo, no sólo a la música. Es decir, cuando sentís un olor que sentías cuando eras chico, te lleva a un lugar emotivamente muy fuerte. Eso es la repetición”.



The Architech. Uno de los mayores arquitectos de hits de toda la historia es Desmond Child. Para aquellos desorientados, este hombre con nombre de pop band femenina de los años noventa es, nada más ni nada menos, el compositor de algunos de los temas más escuchados y reproducidos en los últimos ¿20?, ¿30? años. Es el culpable de, entre otros, el más grande éxito del histórico grupo neoyorquino Kiss: “I Was meant for loving you baby”, que fue compuesto en 1979 por Child en conjunto con el guitarrista Paul Stanley. También, 20 años después, escribió los, hasta ahora, por lejos temas más exitosos del portorriqueño Ricky Martin: la canción que daría ritmo al Mundial de Francia 1998 “The Cup of life” (“La Copa de la Vida”) y “Livin’ la vida loca”, una de las canciones más repetidas en radios, boliches y fiestas en la última década. No sólo eso: en el medio pasaron por su lápiz y partitura otros –sin ser exagerados- archiultramega exitosos y multimillonarios hits. Cuando Kiss lanzó el disco “Dynasty” que contenía la co-composición de Child, Stanley le propuso a Jon Bon Jovi y a su guitarrista Richie Sambora que lo llamen a este joven gurú para que los ayudara con su próximo disco. Resultado: en 1986, desde el sótano de Sambora, emergieron “You Give Love a Bad Name” y “Livin’ on a Prayer”. El disco “Slippery When Wet”, que contiene estos dos hits, vendió más de 28 millones de copias en todo el mundo y otras 12 millones en Estados Unidos. En 1987, para, finalmente, poder regresar a las grandes ligas, Aerosmith decide contratarlo y Child les construye “Dude looks like a lady” y “Angel”, que son publicadas en el LP “Permanent Vacation”. Dos años después, compone “What it takes” para su disco “Pump” y, en 1993, “Crazy”, tema muy popularizado en los charts de MTV por su video clip altamente sensual –y con instintos lésbicos- en donde actúan Liv Tyler, hija del cantante de la banda, y Alicia Silverstone. Llamativamente, en ninguno de estos discos en donde expuso sus composiciones, Child se desempeña como instrumentista. Ni en sus propias obras de arte. Su habilidad natural y exitosa de crear lo ubica detrás de bambalinas cual director técnico de fútbol.

Otros tipos de arquitectos de hits son aquellos que toman la obra parcialmente terminada y, por medio de su mágico pincel musical, hacen de la misma un éxito rotundo. No son compositores –al menos en este caso no se desempeñan como tales- sino más bien son productores. Gustavo Santaolalla comenzó a incursionar en la música con su banda Arco Iris en los años sesenta, en donde salió del anonimato con uno de los temas más famosos del rock nacional hasta el día de la fecha: “Mañanas Campestres”. No obstante, su éxito comenzó cuando incursionó en la producción con su empresa discográfica “Surco”. Produjo, entre otros exitosos artistas latinoamericanos, a Café Tacuba, Julieta Venegas, Árbol, La Vela Puerca, Bersuit Vergarabat y Divididos. Tal fue la fama y el éxito que logró produciendo estas bandas que Walter Salles, director brasileño de “Diario de Motocicleta”, lo contrató para componer el tema principal de esa película y, con la participación de Jorge Drexler, ganaron el Oscar por la mejor banda sonora –que repetiría con la película “Babel”, del mejicano Alejandro González Iñarritu.

En términos generales, los verdaderos compositores de las canciones son prácticamente invisibles. Los que se apropian de los flashes, de los shows multitudinarios en majestuosos estadios, los que salen de gira y recorren el mundo, son los instrumentistas, “la banda” propiamente dicha. Detrás de ellos, se encuentran los productores y compositores de hits que, durante el proceso de grabación de un disco, “asesoran” a los músicos pero que se mantienen invisibles una vez que el disco ya fue publicado.

TXT: Guido Martínez & Lautaro Shachmann
***artículo publicado en www.santuariock.com.ar***

viernes, 18 de marzo de 2011

Disco y sello nuevo

Luego de más de veinte años de carrera, el ex cantante de La Portuaria editó, con su propio sello, su flamante álbum solista: “El día después”



Diego Frenkel entra al bar y busca refugiarse del calor en una mesa que apenas es alcanzada por el frío del aire acondicionado y socorrida levemente por un ventilador. Se lo nota tranquilo y preparado para una tarde de entrevistas que le organizó su agente de prensa. Es que en este momento está atravesando el día después del día crucial, como canta en el tema que abre su nuevo disco en solitario, justamente: “El día después”.

“Hay en el título del disco una idea que me parece muy cautivante y es que, generalmente, la vida cotidiana está marcada por íconos o por hechos, como el día del casamiento, el del show, del nacimiento de un hijo o la primera noche que dormís con alguien que querés; y hay un momento que es el día después, cuando las cosas entran como en una suerte de viaje que es realmente donde empezó el movimiento”, asegura Diego, y agrega: “Fue algo muy vertiginoso después de tantos años de carrera confrontarme a hacer un disco solo, compuesto todo en mi casa. Fue como volver a los inicios y eso me hizo muy bien”.

Según el ex líder de La Portuaria, el grupo estaba un poco disperso y desenergizado, y por eso decidió ponerse a trabajar en un proyecto solista. Aunque para él este fue un cambio bastante profundo en su manera de encarar la música, no cierra una puerta sin abrir una ventana: “No me gusta dar absolutamente por terminado el proyecto de La Portuaria porque son amigos y nada quita que en algún momento podamos volver a reunirnos, pero hay un cambio y una búsqueda musical nueva en mi forma de componer en la que me gustaría seguir ahondando y con la que me encuentro muy feliz”.

¿Cómo llegaste a esta nueva forma de hacer música?

Primero hubo un vaciamiento de ideas, y a partir de ahí dejé que la intuición me vaya llevando hacia donde quería ir en la manera de armar una canción o de hacer música en general, hasta incluso en la forma de promocionarme y venderme. Sabía que quería hacer un disco solista e intuía que iba a ser acústico o basado, por lo menos, en mi guitarra. Un día, simplemente me encontré en mi estudio armando bocetos y cuando me di cuenta ya tenía el material para poner en el álbum.

¿Qué libertades te da esta etapa que no te daba la banda?

Antes me sentía en la repetición de un rol o del nombre. Quizá la gente siempre esperaba algo de La Portuaria, o uno mismo esperaba hacer algo que tenga sentido con el contenido del grupo o con lo que veníamos haciendo. Ahora tal vez estoy siguiendo más mi instinto que no tiene la expectativa de un tipo de música específico. Estoy como en un buceo musical que está más allá de la popularidad de un momento o de un tema en la radio. Me interesa mucho generar una relación más directa con el público. Mi intención es tocar en teatros, me gustan los lugares donde la gente está sentada y compartiendo una situación con un nivel de intimidad.

Pero esto no es todo, parece que cuando Frenkel decidió hacer un disco solista, decidió hacerlo solo, solo. Es por eso que “El día después” salió editado por Odisea records, el nuevo sello del ex La Portuaria con el que piensa lanzar artistas que tengan algún contenido o criterio de vanguardia. Además planea romper un poco la estructura de la distribución clásica de los álbumes: “Mi idea es vender a un precio no muy alto en lugares alternativos a la venta corriente; como ser en bares, cafés, institutos de danzas o artes marciales y en sitios donde haya una coherencia estética y un público posible”.

¿Crees que están caros los discos?

No, la verdad que no. Como está la posibilidad de tenerlo gratis, cualquier precio va a parecer caro. Hoy en día una pizza cuesta treinta pesos y está perfecto, pero un CD que es un objeto que te va a acompañaren buena parte de la vida parece costoso. El mercado de la industria discográfica en Argentina está en una situación terrible. Por un lado la mayoría de las personas que consumen música la bajan gratis, y eso es un problema serio. Sin embargo, yo creo que pueden coexistir las dos cosas, pero la situación de descargar la canciones sin pagar se va a tener que resolver. Como en Estados Unidos o en Europa en donde todo lo que se baja se paga, entonces está más compensado todo. Mi idea es buscar la forma de subsidiar la música, como sucede con el cine, ya sea estatal o privado para poder, en principio, hacer la obra.

Txt: Guido Martínez

***Entrevista publicada en www.elacople.com.ar***

miércoles, 16 de marzo de 2011

La guerra del volúmen

Una nueva tendencia que degrada la calidad de audio por priorizar que las canciones suenen fuerte; En los últimos años, algunos artistas prefirieron grabar discos con mayor volumen pero de peor calidad.



“La música es eso que pasa mientras uno está ocupado haciendo que su grabación suene más fuerte”, diría John Lennon en relación con La Guerra del Volumen (Loudness war), el nuevo fenómeno que, desde hace algunos años, afecta la calidad del audio de los nuevos álbumes de los artistas que quieren que sus discos suenen cada vez más alto para demostrar quién lo tiene más grande (al orgullo, obvio).

Mucha gente confunde con frecuencia que una canción suena mejor que otra si se escucha más fuerte, pero esto no es así.

                                   Cómo, cuándo y por qué pierde fidelidad el sonido

Existen tres etapas básicas que se suelen seguir a la hora de grabar un álbum. La primera es el momento en que los músicos ejecutan y dejan registrados sus instrumentos. Luego sigue el proceso de la mezcla, donde se corrigen y se ponen a punto todas las tomas grabadas. Y por último, se hace la masterización, que es el momento en el cual se cierra el proyecto de grabación. En esta última fase se emparejan los volúmenes de todas las canciones del álbum y se ecualizan, y es justamente en esta etapa cuando se puede perder fidelidad del audio por el afán de que el disco suene más fuerte. “En la búsqueda del volumen, lo que se pierde es la dinámica de la música. Es decir, los diferentes matices que hacen que una parte parezca más fuerte en relación a una más suave”, aseguró Eduardo Bergallo, el ingeniero en sonido de Soda Stereo que creó el primer estudio de mastering de la Argentina, y agregó que si no hay diferencia de intensidad entre las distintas partes de una canción (intro, estrofa, estribillo, etc.), más allá de la calidad y las saturaciones que presenta la grabación, lo que quita es emoción.

El método que se utiliza para lograr que todo suene igual es la compresión del rango dinámico, es decir, achicar la distancia que hay entre la parte más fuerte de la canción y la más suave, y eso hace perder fidelidad al audio.

La gran duda en todo este tema es por qué los músicos de tanta trayectoria y experiencia priorizan el volumen por sobre la calidad del sonido. Juanchi Baleirón, que además de ser el cantante y guitarrista de Los Pericos, se desempeña como productor artístico hace más de dos décadas habló con el diario Domingo y dio su opinión al respecto: “Antes se escuchaba un álbum de punta a punta y de alguna manera había un concepto de audio en la mayoría de los discos. Las nuevas generaciones escuchan en los reproductores de mp3 sus canciones favoritas, y ahí es donde comienza la guerra de volumen. La mayoría de los músicos nos preocupamos porque nuestros discos o temas no suenen más bajo cuando están después de uno de Madonna, Metallica o quien sea, y es ahí donde empieza el pánico”.

                                                  Death Magnetic, el mayor exponente

Algunos especialistas afirman que esta carrera en busca del volumen más fuerte comenzó a mediados de los ´90 con el disco (What´s the story) morning glory? de la banda inglesa, Oasis. Si bien otros artistas como Red Hot Chili Peppers y Artic Monkeys, entre otros, tampoco resistieron la tentación de subir el volumen de sus álbumes, el caso más trascendente de este fenómeno fue el de Metallica y su disco Death Magnetic, editado en 2008.

Muchos fanáticos de la banda de San Francisco concuerdan en que este disco es uno de los mejores de la carrera de Metallica en lo que respecta a la composición, pero el audio deja mucho que desear. En septiembre del año pasado se abrió un petitorio online en www.gopetition.com donde los seguidores de todo el mundo firmaron para que el álbum de Metallica sea remasterizado. Este sitio web sigue habilitado para todo aquel que quiera adherirse a la propuesta, hasta el momento hay más de 21.000 firmas y comentarios que resaltan lo indignados que están muchos con el sonido pobre y de baja calidad que presenta Death Magnetic. Incluso Ted Jensen, que se encargó de masterizar el disco, manifestó su descontento con el trabajo que realizó. 


El single de Metallica no cumple con los estándares de calidad de Turn Me Up!



                                                            Una posible solución

Hace unos años, Charles Dye, el ingeniero de grabación Aerosmith y Bon Jovi, entre otros, fundó junto a otros especialistas la organización Turn me Up! (www.turnmeup.org) para devolverle a los artistas la oportunidad de grabar discos con mayor rango dinámico y así alertar al consumidor, con un calco que se pega en el álbum, de que el disco que lleve la certificación de la organización no suena fuerte, pero sí bien. Uno de las placas que cuenta con esta aprobación es la última de Guns & Roses, Chinese Democracy. Si quieren que suene más alto sólo hay que subir el volumen.

En Argentina, el estudio de Eduardo Bergallo, Puro mastering, fue el primero en obtener la certificación de Turn me Up! “Creo que es la propuesta más sensata que escuché hasta hoy. Acá editamos varios discos así, el más conocido fue el último de Infierno 18, Ya era Hora”, afirmó el técnico en sonido.

Txt: Guido Martínez & Eddie Fitte

***Artículo publicado en el diario Domingo de Noviembre de 2009***

lunes, 14 de marzo de 2011

Rockstars, una profesión de riesgo

Wallpaper de la banda uruguaya Quatro Quartos

Los integrantes del club de los 27 no son los únicos que han sufrido una muerte trágica cuando eran jóvenes. A lo largo de la historia del rock, cientos de músicos fallecieron antes de cumplir los 45. Será por haber intentado cumplir con la idea de Sexo, Droga y Rock ´n Roll, o simplemente por haber desconocido realmente las consecuencias de esa vida.

Un estudio de la Universidad John Moores de Liverpool, Inglaterra, sostuvo que la esperanza de vida promedio de los rockeros es de 35 años para los europeos y 42 para los americanos.

Los científicos analizaron las biografías de más de 1050 músicos entre 1956 y 2005, y dedujeron que el 25 por ciento de los artistas son propensos a sufrir una muerte por problemas de drogas y alcohol. "En la industria musical, factores como el estrés, cambios de popularidad a ser ignorados, y la exposición a ambientes donde el alcohol y las drogas son de fácil acceso, pueden contribuir al uso de substancias así como otros comportamientos autodestructivos”, afirmó Mark Bellis, autor principal del estudio.

Por otro lado, Bellis sostuvo que los artistas que superen los 25 años de carrera vuelven a tener el riesgo de vida promedio de los occidentales (78 años aprox.). Por ejemplo, el guitarrista Jimi Hendrix, Bon Scott –primer cantante de AC/DC– y el bajista de Sex Pistols, Sid Vicious, entre otros, murieron antes de superar los 8 años de actividad profesional; mientras que Mick JaggerThe Rolling Stones–, Paul McCartneyThe Beatles– y Pete TownshendThe Who– siguen vivos y han superado ampliamente los 35 años de carrera.

Txt Guido Martínez

***artículo inédito***

viernes, 11 de marzo de 2011

El Obsesionario de Chano

Tan Biónica se formó a principios de la década y a partir de ahí no paró de acompañar a la suerte con mucho trabajo. Es una de las bandas que más ha crecido en el último tiempo y se prepara para un año muy prometedor.


Chano camina pisando fuerte -como Tan Biónica- hasta el café de la esquina. Pareciera como si estuviese matando una cucaracha con cada paso que da. A mitad de cuadra está la sala que alquilan a tiempo completo y donde se juntan todos los días a ensayar, tirar ideas, preparar el vestuario o cualquier cosa que le sume al proyecto. “Nosotros estamos abocados a esto las 24 horas, te diría. El resto lo hacemos porque hay que vivir un poco”, dice entre risas.

La canción “Arruinarse”, del disco “Canciones del huracán” (2007), fue como una bisagra en la carrera del grupo ya que su video fue visto más de 500mil veces en Youtube y el público, lógicamente, comenzó a crecer. Es por eso que cuando firmaron contrato con su compañía actual (Pirca récords -el sello del ex mánager de Bersuit, Cristian Merchot-) ya habían llenado La Trastienda. “Nosotros apuntamos a ser difundidos, es lo que siempre deseamos y por lo que trabajamos todos los días. Yo quiero que me escuche todo el mundo, si no, me voy a tocar jazz a Varsovia, pero no sé tocar jazz”, bromea el cantante, y agrega: “Si hay un problema personal, hay que resolverlo; si hay un problema en la banda, hay que resolverlo. Hay que hacer lo que sea para mantener vivo esto que es a lo que decidimos dedicarnos y abandonar cualquier cosa que ocupara espacio en nuestras vidas para poder seguir”. Y mirá si le habrán puesto dedicación a la banda que cuando Chano estaba internado para recuperarse de algunos excesos, le dedicaba el único día que podía salir para ir y grabar las voces de su primer disco. Pero arranquemos por el principio.

¿Cómo recordás el EP “Wonderful noches” (2003) y “Canciones del huracán”?
Tengo poca memoria. De “Wonderful noches” no me acuerdo prácticamente nada. Fue un EP que grabamos para difundirnos pero no teníamos claro nuestras personalidades tanto dentro como fuera de la banda. Hicimos algo que nos gusta y seguimos tocando algunos temas reversionados, pero nunca volveríamos a grabarlos de esa manera. Con “Canciones del huracán” hicimos lo que pudimos. Juntamos todos los temas que teníamos y los grabamos de una forma barata, no había fondos y teníamos que hacerlo igual, como sea. Se empezó en un estudio pero nos quedamos sin plata y siguió en una casa. También se mezcló ahí, cuando el plan era volver al estudio. Tuvimos las facilidades que ofreció un gran ingeniero como Eduardo Bergallo para masterizarlo, y estuvo bueno. “Arruinarse” es un tema al que yo le estoy muy agradecido porque nos ayudó mucho a crecer, y casi no entra al disco. Yo lo tenía ahí, medio abandonado, y mi hermano (Bambi, bajista y programador) lo quiso rescatar, pero nunca lo habíamos ensayado juntos.

Después de todo ese trajín, ¿cómo fue grabar “Obsesionario” (2010) con la producción de Pepe Céspedes y Osky Righi?
Estuvo bárbaro. Lo que más disfrutamos fue esa vocación de enseñanza que tienen y, además, le dieron un sonido muy pro al disco que no hubiéramos podido lograr por nuestros propios medios jamás. No escatimaron en ningún recurso, llegamos a la grabación sin nada y Osky nos prestó siete equipos. Ellos cosecharon un patrimonio de instrumentos y de tecnología que estaba muy fuera de nuestro alcance y lo pusieron a nuestra disposición.

Chano es verborrágico pero habla pausado, pensando en cada palabra para no dejar nada librado al azar. De vez en cuando se cuela una “Z” donde iría una “S”, y en ocasiones, por más que esté en la mitad de una oración o tratando de cerrar una idea importante, se calla repentinamente y aclara: “Yo, cuando pasan chicas, por respeto paro de hablar y presto atención”.

De la mano de “Obsesionario” vino la rotación masiva. “Ella” es el cuarto tema nacional que más suena en el país, y eso los llevó a una gira de diez fechas durante enero. “Al principio, cuando tocábamos en el interior, íbamos los cuatro en un auto turnándonos para manejar; la última vez alquilamos un micro y fuimos diez personas entre músicos, mánager y staff. El público creció y es mucho más lindo salir a tocar”. Hace poco más de dos años que Chano y su hermano Bambi Moreno Charpentier, el guitarrista Seby Seoane y el baterista Diega Lichtenstein pudieron dejar sus otros trabajos y dedicarse de lleno a la música, pero eso no los hizo sacar el pie del acelerador: “La verdad es que no nos podemos quejar pero tampoco estamos conformes con lo que tenemos, día a día nos proponemos ir por más”.

Las energías para este 2011 están puestas en los conciertos de La Trastienda que van a hacer el 11 y 12 de marzo, en el videoclip del corte de difusión que sucederá a “Ella” y en empezar a trabajar en nuevos temas. “Hay una búsqueda muy exacerbada por nosotros mismos del sonido, tratamos de darle un tratamiento de audio a cada canción para que no suene como a otras cosas…”.

Chano se calla abruptamente mientras sigue con la mirada a una chica que pasa a su lado y remata: “Otra historia de amor no concretada que pasó de largo y nunca le dije nada”.

Guido Martínez
Redacción de El Acople


                                                                 ***Entrtevista publicada en www.elacople.com.ar***

miércoles, 9 de marzo de 2011

Por un futuro perfecto

Hilda Lizarazu editó su tercer disco solista y, luego de haber acompañado a Charly García durante un año y medio, quiere reencontrarse con su público.



La voz de Hilda Lizarazu aparece al otro lado del teléfono luego de unos minutos de música en espera. La misma voz que debutó a mediados de los ´80 con Los Twist, la que sonó en las radios y discotecas con hits como “En el Caribe sur” y “Sola en los bares”, entre otros, cuando estuvo al frente de Man Ray durante los ´90 y que a partir de 2004 comenzó su carrera en solitario con “Gabinete de curiosidades”.

El 2010 fue un año muy activo para Hilda, y si bien algunas cosas le quedaron en el tintero, pudo cumplir muchos de los objetivos que se había propuesto, como editar “Futuro Perfecto”, su reciente tercer disco de estudio como solista. Aunque se la escucha satisfecha y contenta, ella asegura: “La etapa de la difusión es la más ardua”.

“La necesidad de expresión es constante. Ya de chiquita necesitaba expresar. Ahora por suerte estoy en un formato donde puedo poner algunas ideas y ocurrencias”, sostiene la cantante, y agrega que cada disco tiene diferentes momentos y que son como un espejo de cada una de sus facetas que va descubriendo a medida que transcurre el tiempo.

Durante el comienzo del año, Hilda hizo la selección de los temas que integran el disco y los ensayó junto a la banda para ajustarlos musicalmente, y después fue cerrando algunas de las letras cuando estuvo aislada en los diferentes cuartos de hotel durante la gira con Charly García. “Llevé los bocetos y fui cambiando las palabras y viendo cuál sonaba mejor para cantar y fui corrigiendo”, aclara.

¿Qué diferencias encontrás entre tu primer disco y este último?
“Gabinete de curiosidades” lo hice desde un lugar más inocente pero con muchas ganas de salir adelante con esas canciones, y tiene también toda una faceta más errática. Lo llevé a cabo sin saber cómo se hacía un disco en solitario pero con la necesidad de hacerlo, de expresar. El segundo, “Hormonal” (2007), tiene un sonido más de banda, más rockero, ya que lo hice con un grupo más armado que fui seleccionando con la idea de tocar en vivo. “Futuro Perfecto” es un poco la continuación de “Hormonal” porque siguen los mismos integrantes (Federico Melioli en bajo; Amílcar Vázquez en guitarras; Lito Castro en teclados y Claudio Salas en batería), pero con la libertad de agarrar diferentes temas y probarlos con otros músicos fuera de la banda. Hay participaciones que me permitieron tener otros timbres que no venían del grupo que me acompaña. Por ejemplo, en este disco hay una colaboración de Pablo Romero (Árbol) que llevó un tema que le pasé para un lado más discotequero o electrónico que en realidad no es como sueno con mi banda. Además, Lisandro Aristimuño intervino en la canción “Las puertas del Olimpo”, que también la inclina hacia un mundo con aires étnicos y timbres más orientales. Así que tiene esos agregados en busca de abrir el juego con otras texturas y otras personas que aporten otro sonido, pero siempre el hilo conductor es mi voz que es la que lleva este proyecto y el nombre.

¿A Charly lo llamaste?

No se lo propuse porque ya tenía bastante arreglado todo y no quería comprometerlo, así que no se dio la invitación. Además no sabía bien si llamarlo para cantar o para tocar y finalmente no lo quise poner en un compromiso y no lo invité en este disco, pero nunca se sabe, por ahí en otro pueda hacer algunas voces con él.

Por otro lado, si bien en “Futuro Perfecto” participaron como invitados Gustavo Santaolalla, Lito Vtale, Adrián Dárgelos (Babasónicos) y David Lebón, entre otros, Hilda se quedó con las ganas de que Peteco Carabajal aporte su violín en “Paisaje y ciudad”, y remarca que fue el único amigo músico de los que convocó que no pudo estar.

Con respecto a su futuro, por ahora la cantante no tiene pensado si va a seguir acompañando en los conciertos a Charly ya que en estos momentos está todo más tranquilo y tal vez el ex Serú Girán arranque otro proyecto, y asegura que no se pone grandes metas, que las ambiciones de ella son las diarias y están relacionadas a su trabajo y a la voluntad de qué puede hacer y qué no. “Ojalá que este año tenga muchas actuaciones con mi banda para mostrar las nuevas canciones, tocar más en vivo y viajar más, ese es mi deseo”, remarca Hilda, y cuenta que quiere hacer la presentación oficial del disco en abril en un lugar que no haya tocado nunca, como el Paseo La Plaza o el Maipo. Y remata: “Dictaminarse un futuro brillante es una buena manera de mantenerse bien. Ojo, no creo en la felicidad constante pero sí en transitar por un costado más radiante”.


Guido Martínez
Redacción de El Acople

***Entrevista publicada en www.elacople.com***